MONUMENTOS
200 son los monumentos nacionales que se encuentran en Sucre lo que representa casi el 50% del total de los declarados en Bolivia que suman un poco más de 500.
El desarrollo turístico es uno de los temas centrales para la economía de Sucre; sin embargo se trata de una cuestión compleja ya que involucra una diversidad de elementos, instituciones, normativas, planes, proyectos, presupuestos, voluntades y más. Es por eso que uno de los temas centrales de las reflexiones y acciones de las autoridades, debe ser la adecuada gestión del patrimonio, según coinciden los actores involucrados.
El turismo y el patrimonio se encuentran entrelazados y lo que los une es precisamente el desarrollo, aclara Erland Ovando, coordinador del Plan de Rehabilitación de las Áreas Históricas de Sucre (PRAHS), uno de los especialistas con más experiencia en Sucre sobre la temática patrimonial.
UN ANTECEDENTE FAVORABLE
En 1991, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró a Sucre 'Patrimonio Cultural de la Humanidad'. A partir de entonces, el cuidado y la conservación de los bienes patrimoniales que posee la ciudad se han convertido en un área prioritaria tanto en las responsabilidades de las autoridades de turno, como para el desarrollo regional, especialmente a través del turismo que también involucra al sector privado (empresas, administración eclesiástica y propietarios particulares).
No obstante la generación y aplicación de políticas y acciones consecuentes con esta realidad, en la actualidad, sigue tropezando con una falta de iniciativas que raya en la falta de voluntad política para construir una estructura integrada que planifique y efectúe una agenda patrimonial, según sostiene Analy Fuentes, encargada de la Plataforma de Patrimonio y Desarrollo Local
Autoridades de las pasadas gestiones se limitaron a legislar la importante “Ley Municipal del Patrimonio”, que en sus disposiciones finales define plazos para emprender una serie de acciones necesarias que pongan en marcha los beneficios de la nueva normativa, fundamental para la preservación, restauración y promoción del patrimonio.
Hasta el día de hoy todos los plazos se han vencido y no se conocen nuevos términos para emprender este importante proceso.
Según la norma promulgada en septiembre del año pasado, el ente deliberante municipal tenía seis meses para elaborar un reglamento, conformar un Registro Público Patrimonial de Gobierno Autónomo, actualizar el catálogo del patrimonio de los distritos urbanos y crear un centro de información del patrimonio mueble.
Se podría decir que no se percibe la urgencia de la gestión patrimonial, quizás el tantas veces mentado proceso de transición de las autoridades producto de las elecciones subnacionales, sea la causa, pero se puede dar fe de ello, sólo si las nuevas autoridades empiezan a trabajar en el tema, aclara Ovando.
LOS RETOS INMEDIATOS
El patrimonio tiene valor por sí mismo como recurso al servicio del desarrollo duradero; al mismo tiempo, constituye la memoria colectiva de la población y un recurso potencial para su futuro.
Es importante afirmar que la valorización de patrimonio no va en contra de la satisfacción de las necesidades actuales, sino todo lo contrario, explica Fuentes.
De acuerdo con ella, el tema patrimonial comprende muchas dimensiones y su adecuado tratamiento compromete beneficios para el pueblo de Sucre a diferentes niveles, incluso espirituales.
Ovando explica tres retos para la gestión municipal del patrimonio (Ver el cuadro Retos).
DESDE EL CONCEJO MUNICIPAL
Una nueva configuración política para la región sobrevino con las últimas elecciones subnzacionales. El oficialismo que mantiene el poder central del Estado desde hace más de una década, ahora también ha podido captar los espacios de poder del municipio.
El discurso oficial dirigido a la región clama a todas voces que “éste es el momento”, aunque de momento han pasado apenas unos cuantos meses.
Por ahora, el reto clave de la gestión del patrimonio municipal es la reglamentación de la Ley Municipal de Patrimonio, que las anteriores autoridades dejaron pendiente.
Al respecto, la concejala Khatia Zamora, presidenta de la comisión de Desarrollo Humano y Social y Seguridad Ciudadana del ente deliberante, sostiene que “si no reglamentamos el tema de patrimonio no vamos a poder incluso poder aplicar los recursos que se captan para el patrimonio, como es el caso de los 40 millones que se están gestionando a través del BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
Asimismo, indica que si esa inversión se articula con la promoción turística para relanzar programas patrimoniales a futuro, se necesita tener definiciones claras para que sea la base de las acciones de la actual gestión y por ende la fiscalización de los concejales permita una adecuada ejecución de las políticas sobre patrimonio y turismo en la región, destacó Zamora.
“En mi papel (de concejal) tendré que ver de qué manera fiscalizo esas reglas claras que se han establecido; entonces necesitamos la reglamentación y si no la hacemos estamos retrasando la posibilidad de la gestión, de manejar recursos, de ponerlos al servicio del pueblo y potenciar estos nortes que estamos queriendo hoy día, convertir a Sucre verdaderamente en un centro turístico de mucha promoción y que eso nos permita inyectar en el turismo para el desarrollo local”, sostiene Zamora.
DESDE LA DIRECCIÓN DE TURISMO
El director Municipal de Turismo, Pedro Salazar, reconoce dos áreas fundamentales en las competencias de su área frente a la cuestión del patrimonio, la principal de ellas la referida al patrimonio rural.
La autoridad asegura que es crucial concluir con el inventario y catalogación restante del patrimonio rural (porque ya se inició la gestión pasada); sin embargo, de forma paralela queda pendiente la elaboración de los planes de manejo y este tema abarca también a las áreas del patrimonio urbano.
La elaboración de planes de manejo, explicó Salazar, debe ser competencia interinstitucional, especialmente a través de mecanismos de comunicación que permitan desarrollar un trabajo conjunto con distintas instancias del sector público y privado, dentro de las cuales la más experimentada en el tema del patrimonio, es el PRAHS.
Las gestiones para articular a las instituciones responsables se están llevando adelante y se espera que a mediano plazo se puedan concretar resultados visibles, según estima Salazar.
Uno de los objetivos a corto plazo es coordinar con la Iglesia Católica, propietaria del rico patrimonio eclesiástico de la ciudad, la forma en que profesionales en turismo puedan asistir a la administración eclesiástica en la gestión de los bienes patrimoniales; es decir, abrir los espacios que se encuentran cerrados al público, desarrollar guiones museísticos de exposición e introducir esos atractivos en la oferta turística de Sucre.
El reto que se plantea hoy es más bien integrar mejor la protección, la valorización del patrimonio dentro de la perspectiva local de desarrollo, explicó Fuentes.
EL PRAHS FRENTE A ESTE CONTEXTO
Con la declaración de Sucre como "Patrimonio Cultural de la Humanidad" por la UNESCO, el tema patrimonial requiere instancias especializadas para su preservación, intervención y conservación, y fue así como precisamente surge el PRAHS en 1995. Desde entonces, esta entidad que se organiza como un intermediario entre las instancias públicas y la sociedad civil para intervenir los bienes patrimoniales trabaja en la ciudad con proyectos de incidencia directa sobre el patrimonio.
Sólo en 2014 el PRAHS ejecutó un presupuesto total de 995 mil bolivianos en obras en la Catedral Metropolitana, el templo de Santo Domingo, de Santa Clara, San Francisco, el convento de Santa Teresa, además del inventario y catalogación del patrimonio rural del municipio de Sucre.
Ovando explica que ese trabajo se realizó de manera intermitente debido a la interrupción en la asignación de recursos al PRAHS. “Qué más no quisiéremos contar con un recurso permanente que nos permita generar productos durante todo el año, estamos supeditados a la transferencia de recursos, como en el caso de los recursos asignados para este año que recién se nos han sido transferidos a principios de julio”, dice al explicar que esa dilación recorta a la mitad el tiempo para el desarrollo de su plan de trabajo.
En Sucre, los monumentos nacionales suman más de 200 lo que representa casi el 50% del total de los declarados en Bolivia que suman un poco más de 500.
Esta realidad demuestra que el patrimonio monumental de Bolivia está concentrado en la Capital y no sólo en la categoría de inmuebles, sino también de toda la riqueza del patrimonio mueble, grandes colecciones de arte en templos, museos, colecciones personales y otros.
Ovando remarca que “el desafío es saber cómo lograr que eso beneficie a la población” pero que no ve ninguna propuesta de estrategia para la aplicación de planes de manejo para estos monumentos nacionales.
Un plan de manejo es una especie de proyecto integral que determina los proyectos de intervención que se pueden hacer en ese componente físico, es decir en el propio edificio; intervenciones que se pueden hacer en el uso; en la refuncionalización del inmueble, proyectos de guiones de uso museográfico, guiones museográficos, guiones educativos, circuitos turísticos y mucho más en los inmuebles en los que se invierte.
Como escribe el antropólogo Llorenç Prats, el patrimonio no emerge de la nada, sino que deviene de un fenómeno social que “patrimonializa” algo; según la terminología legal, el patrimonio se refiere a la propiedad de un bien, y en el caso del patrimonio cultural, eso significa que el patrimonio representa un bien de la identidad colectiva.
Como la cultura es una experiencia dinámica de nuestra vida social, es necesario replantearse el tema del patrimonio con estas perspectivas de la antropología, es decir, hacer conciencia de que nuestra ciudad patrimonial está viva y se la debe alimentar para que nuestra sociedad también pueda crecer.
ANTECEDENTE
En 1991, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró a Sucre "Patrimonio Cultural de la Humanidad". A partir de entonces, el cuidado y la conservación de los bienes patrimoniales que posee la ciudad se han convertido en un área prioritaria para el desarrollo regional.
LOS RETOS
- La actualización de la normativa al amparo de la nueva Ley Municipal del Patrimonio, debe tener una respuesta rápida, entendiendo que los escenarios sociales, económicos y culturales son muy dinámicos y la normativa tiene que adaptarse a esos cambios. No se puede seguir aplicando un reglamento que tiene 20 años de vigencia.
Es necesario actualizar ese reglamento y sus instrumentos operativos, protocolos, manuales, etc… Y el instrumento que va a facilitar ese trabajo es la ley municipal de patrimonio.
- Inserción del desarrollo del patrimonio rural, que tiene que ver mucho con la Dirección de Turismo del Municipio, con sus planes estratégicos en el área rural, especialmente con el Distrito 8.
Además, se deben concertar, coordinar, actuaciones de inventariado y catalogación, en todos los sectores de valor patrimonial, como es el arqueológico, el paleontológico, el textil, de expresiones vivas y el inmaterial, entre otros.
El paso siguiente debe ser propiciar su conservación mediante declaratorias de patrimonio y su inserción en políticas y estrategias de desarrollo a partir de la creación de planes de manejo y proyectos de intervención en toda la gama del patrimonio municipal.
-En el centro histórico también se requiere un proceso de actualización de la catalogación y de su valoración, a través de declaratorias, a través de un proceso constante de actualización del patrimonio a partir de la generación de políticas y estrategias que permitan la participación ciudadana, unidades vecinales, barrios y otros gremios.
No se puede esperar una adecuada gestión del patrimonio si estos planteamientos se generan de manera cerrada, sino más bien tienen que desarrollarse de manera ampliamente participativa para consolidar una “democratización del patrimonio”.
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