Quispe cuenta que se enamoró de las artes plásticas cuando era niño. A los ocho años él se daba modos para cultivar su pasión, ya que sus padres no contaban con los recursos necesarios para pagarle cursos.
En la época escolar solventó su afición a la pintura, gracias a que sus compañeros lo contrataban para realizar sus trabajos de artes plásticas.
Por razones familiares Quispe cambió de domicilio a la ciudad de Sao Paolo, Brasil, y allí tuvo la oportunidad de conocer grandes museos. Es allí que se dio cuenta de que podía crear trabajos similares en su tierra. Posiblemente esta fue la razón para que decidiera volver al país y definir a Cochabamba como su nueva residencia.
Mientras se establecía laboralmente, su inquietud por el arte lo llevó a estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes Raúl G. Prada, luego de dos años razones personales lo alejan de esa institución, pero sus conocimientos fueron desarrollando más sus destrezas.
Poco a poco el recorrido por el camino del arte se hizo más ligero, llegando a un nivel en el cual él pudo mostrar su trabajo en reconocidas galerías culturales de los diferentes departamentos del país.
Dibujo, pintura al óleo, grabado o escultura, todo ingresaba en el rango de habilidades de Quispe.
Recién el 2012 que Quispe expone en una galería de pintura en la Embajada de Venezuela, y de ahí en adelante su carrera fue en ascenso. Es así como su creatividad fue creciendo hasta lograr la técnica del collage con hoja de coca.
Luis Alberto Quispe afirma que este es uno de los estilos más gratificantes que realizó, puesto que tiene la oportunidad de transmitir su cultura y así desestigmatizar los prejuicios que se generan en torno a la hoja de coca. Lo que viene ahora en adelante aún no está dicho pero tiene muchos proyectos artísticos.
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