No es habitual en el teatro boliviano que un autor o autora estrene dos textos de manera simultánea. Camila Urioste es una de las voces jóvenes de la dramaturgia nacional y ha visto cómo en cuatro días de la semana pasada se han reestrenado dos obras suyas: El pacto, con la dirección de Fernando Arze (Teatro Municipal), y El crimen, con la de Miguel Vargas (El Desnivel).
El teatro de Urioste reflexiona sobre el amor, la pareja, la libertad y las pérdidas. En El pacto, un texto hermoso, inteligente, mordaz, tierno y reflexivo es el disparadero para una de las mejores obras que se han visto en La Paz este año. El “pasado” poético de Urioste (ganó el Premio Nacional de Poesía en 2005) impregna los textos, elevando la calidad y cuidando siempre la palabra y su forma.
La química brutal e íntima —pocas veces vista en nuestras tablas— de la pareja protagonista (Andrea Ibáñez y Bernardo Peña) con una sobria dirección de Fernando Arze (acertando con las sillas y fallando con unas imágenes innecesarias y molestosas) tiene una consecuencia linda: las dos horas pasan volando.
En El crimen (comedia de suspenso), otra vez, la mujer (Claudia Coronel) lleva la voz cantante, circular y contradictoria, con gotas de humor; rasgos, todos ellos comunes, en el teatro de Urioste.
Ricardo Bajo H. es periodista.
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