En 1859, el suizo Johann Jakob von Tschudi llegó a su país con una representación tiwanakota del Ekeko; 155 años después, la illa fue descubierta en un museo de Suiza y la Embajada de Bolivia gestiona su repatriación. La illa se encuentra actualmente en el Museo de Historia de Berna, adonde llegó en 1929 y donde fue encontrada por la legación diplomática boliviana hace un año.
“Aunque ya sabíamos de la existencia de esta pieza desde 2010, fue hace un poco más de un año que logramos determinar dónde estaba, en parte porque estaba mal clasificada”, aseguró la embajadora boliviana en Alemania, Elizabeth Salguero, quien también fue ministra de Culturas. El equipo de la legación encontró el objeto descrito como “Divinidad peruana, hallada en Tiwanaku” en el repositorio suizo.
La funcionaria indicó que actualmente se encuentran negociando con el directorio del museo, que es una institución privada, para tramitar la repatriación de la pieza patrimonial. Para ello, en enero se llevará adelante una serie de reuniones entre la embajada y el repositorio para poder pulir los detalles de un acuerdo sobre el tema.
Aunque no se aventuró a especificar una fecha, Salguero se declaró optimista sobre el resultado de las gestiones. “El director del museo, Jakob Messerli, nos dijo que tiene la esperanza de que todo termine bien y hemos trabajado para conseguir el apoyo de la municipalidad de Berna”.
De hecho, un primer resultado de los encuentros es que la pieza ya está catalogada adecuadamente. Ahora la etiqueta que acompaña a la exhibición especifica lo que es, una illa, a qué divinidad representa y su país de origen.
La reliquia fue adquirida por Von Tschudi en Tiwanaku, mediante engaños, en 1859. El hecho fue registrado por el diplomático en su libro Viajando por América del Sur, publicado en 1869 (foto).
Según el texto, “en tono de broma les pregunté a los dueños (comunarios de la zona) si me venderían esa deidad, pero reaccionaron con indignación. Sin embargo, una botella de cognac los volvió más flexibles”. Von Tschudi hizo la transacción con los líderes “completamente borrachos”.
Salguero sostuvo que Bolivia puede solicitar la devolución de la pieza porque la tiene registrada como parte de su patrimonio. Asimismo, el Estado tiene pruebas que su salida del país fue ilegal. Actualmente está prohibido que el patrimonio nacional salga de las fronteras. Sin embargo, este caso es una excepción. “Hay muchas piezas de este tipo en Europa, lamentablemente no sabemos el número exacto y la mayoría de ellas no están registradas”.
Explicó que las leyes europeas, y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), requieren que los objetos estén clasificados para que se puedan realizar estas gestiones.
Detalles de la imagen del Ekeko hallada
La estatuilla tiene una altura de 15,5 centímetros y 9,7 centímetros de ancho. Es un monolito tallado en piedra porpirita de color verde. Fue el arqueólogo Carlos Ponce Sanjinés quien definió el origen de la pieza como tiwanakota. Asimismo, identificó a la figura como una illa del Ekeko en su libro Tunupa y Ekako.
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