Ella nació y creció en la ciudad argentina de Mendoza pero el trabajo de su papá que es petrolero, la trajo a ella y a toda su familia a vivir en Santa Cruz, desde hace 13 años.
“Aunque no nací aquí, soy una artista boliviana, porque aquí me he formado”, aclara Vanessa que ahora tiene 30 años y que habla con orgullo de sus logros. La compañía de teatro Libélula ya cumplió un lustro y en todo este tiempo calcula que ha llegado a unos 70.000 niños en distintos escenarios, no solo en los teatros, sino en las escuelas, los parques y los cumpleaños.
“Creo que esperar que el público venga a ver al artista a una sala de teatro es una soberbia, los artistas tenemos que acercarnos y llegar a la gente, especialmente a los niños”, asegura.
¿Y por qué trabajar para los niños? y ella responde con el convencimiento de que es necesario cultivar en los pequeños el gusto por el teatro y enseñarles a disfrutar y conocer un buen teatro.
Para crear la compañía hizo un diplomado en gestión cultural y también buscó toda la información sobre el teatro para niños, incluso estuvo en un taller en España durante dos meses, recibiendo formación sobre el tema.
“Sonaba un poco raro, pero formamos una empresa cultural y funciona como tal”, indica. Al principio comenzó trabajando con Jorge Sierra, que ahora es su esposo y dueño de una productora, y al segundo año se sumó al proyecto la actriz de Chaplin Show, Carolina Bessolo, quien continúa siendo su socia. Libélula actualmente trabaja con 13 personas.
Libélula también tiene un programa de radio y la perspectiva es que difunda sus obras por la televisión.
Asegura que la experiencia con los niños es enriquecedora, porque ellos son críticos sinceros y rápidamente se puede medir qué es lo que no les gusta.
Agrega que en estos años el público infantil y los papás han aprendido una cultura teatral, llegan puntuales para las funciones y eso hace que también como compañía sean puntuales y más exigentes con la calidad de sus obras y el despliegue en los escenarios.
Pero el teatro infantil no es la única actividad de Vanessa. Su tiempo está completamente ocupado, pues también forma parte de la compañía teatral Benvenuti al Show, un elenco estable de la sala René Moreno.
En la televisión
Entre las novedades de la carrera de Vanessa es que ingresó a la televisión, fue contratada como actriz e interpreta dos personajes cómicos, pues tiene una habilidad especial para la comedia.
“Pensaba que la televisión boliviana había que entrar como presentadora y allí hacer carrera y ver cuándo se presenta la oportunidad de hacer algo como actriz, pero no, fui directamente contratada para actuar y eso me hace mucha ilusión, porque creo que va llegar el día en que en Bolivia podamos hacer producciones propias, hacer nuestras telenovelas y crear nuestros propios personajes, nuestros propios héroes”, señala Vanessa.
En la Red Uno interpreta a Maripsa con P, un personaje jocoso cuya filosofía de vida es que se puede ser pobre pero honrado. Maripsa con P actúa en la mini novela del programa Bigote, llamada La hija de la desgracia que se difunde dos veces por semana.
Su familia está muy involucrada con su trabajo y siempre la ayudó para seguir su carrera, por ejemplo cuenta que es su mamá la que le da los consejos y le ayuda con ideas para Maripsa.
También, junto a su esposo, Jorge Sierra, ha trabajado en la producción cinematográfica, por ejemplo, en el film El ascensor.
Ya ha sido asistente de dirección en producciones cinematográficas y dirigió talleres de teatro y televisión para grupos juveniles en provincias cruceñas.
CINE
BolAr. Es la productora de Jorge Sierra, el esposo de Vanessa. Él escribió el guión y dirigó el film El juego de la silla.
Entre lecturas sobre pedagogía infantil, rock argentino y clases de baile
Entre las cosas que más le gustan a Vanessa están pasar clases de baile y contar cuentos a los niños.
También tiene mucho interés por leer todo lo que está relacionado con la educación infantil y el teatro para niños.
Comenta que por el momento, no planea tener hijos, pero sí es un sueño que está entre sus proyectos futuros.
FOTOS
Gentileza de Vanesa Fornasari
TEXTO
Paura Rodríguez Leytón
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