La moda es la última piel de la civilización. La frase pertenece al diseñador contemporáneo Paco Rabanne, pero resulta una adecuada sugerencia de lo que espera a los visitantes de la exposición Los hilos de la vida. Moda boliviana desde sus inicios hasta la actualidad que se abrirá en el Centro Cultural de España en La Paz (Av. Camacho 1448) el jueves 11 de abril a las 19.00.
En el título de la exposición se dice moda, pero en el contexto de la propuesta preparada por Cristóbal Gil Talavera también podría decirse vestimenta, tejido o textil boliviano. “De lo que se trata en realidad —dice el antropólogo y coordinador de proyectos de la Fundación Palliri— es de proponer “un recorrido por la historia de Bolivia a través de los textiles”.
Y este recorrido es posible —desde los tiempos prehispánicos hasta la actualidad— porque en el mundo andino los textiles (la vestimenta o la moda), más allá de su funcionalidad y su uso cotidiano han sido y son un poderoso “vehículo de significados”.
“El tejido es un espejo del alma de la sociedad boliviana y un lienzo de su memoria”, expresa Gil Talavera. “El textil es mucho más que una prenda de vestir, cuenta la historia de los pueblos, habla de su naturaleza, representa su mitología y su religiosidad, pero también habla de los encuentros y los conflictos entre pueblos y de sus relaciones actuales con la globalización”.
En la exposición se podrá ver textiles precolombinos —incluso quipus— pero no se trata de una muestra de carácter antropológico, aclara Gil Talavera. El acento está puesto, por el contrario, en las extraordinarias cualidades de los textiles bolivianos para decir cosas sobre su propia historia, la pasada, pero también la presente —por ello se insiste en que la vestimenta es portadora de mensajes y significados— y en el desarrollo de sus también extraordinarias cualidades estéticas. Y para remarcar esa continuidad en el desarrollo de la vestimenta andina, la muestra incluye también trabajos de nuevos y jóvenes diseñadores bolivianos.
La exposición estará integrada por dos salas. En la primera se verá textiles y vestimentas de origen precolombino. “En Bolivia, normalmente —señala Gil Talavera— los tejidos se muestran en los museos como cuadros; pero esos tejidos eran vestimentas y se los usaba en las diversas situaciones de la vida cotidiana. En esta exposición se mostrarán textiles muy valiosos, mas lo que nos interesa no es tanto su valor, sino lo que esos textiles quieren y pueden decir. Por eso se los mostrará como eran, o sea, como vestimentas, de una manera mucho más interesante y resaltando su dignidad”.
“En los Andes —continúa el antropólogo— los tejidos guardaban la memoria de los pueblos, eran el mejor vehículo de comunicación, pero también el tejido era el elemento suntuario más importante, la marca de prestigio de la sociedad. No el oro ni las conchas marinas, como se indica, sino el textil”.
En la otra sala de la exposición, los maniquíes mostrarán la moda andina desde los primeros años de la República hasta la actualidad. “En la Colonia —explica Gil Talavera— la vestimenta y la moda hablaba claramente de una separación. Las vestimentas de los indígenas eran unas y las de los criollos eran otras. En cambio, en los inicios de la República la moda comunica un mundo complejo y muy diverso. Los ponchos de origen prehispánico conviven con los trajes de la chola de tradición española con mantón de manila y con la moda europea que en el siglo XIX venía de Europa. Era un mundo extraordinariamente rico y diverso porque esa convivencia no se daba ni se da en otras sociedades. Eso pasaba en Bolivia hace 150 años y sigue pasando hoy en día ”.
En esta sala también se podrá apreciar el trabajo de diseñadores bolivianos actuales. “Hemos trabajado con diseñadores jóvenes y nuevos —informa Gil Talavera— porque queremos que la exposición sea también una ventana para apreciar cómo se están proponiendo nuevos trajes, nuevos mensajes y nuevas formas de comunicación a través de la moda”.
En la concepción de la exposición está también la necesidad de llamar la atención sobre lo que Cristóbal Gil Talavera llama la “expoliación” de la riqueza cultural que encarna los tejidos, que se venden y muchas veces se sacan del país como simple artesanía. “Queremos llamar la atención —opina— sobre el hecho de que quizás no se está mirando a esa riqueza cultural como se debe ni se la está tratando como se debe”.
“ Cada vez que vemos el tejido —continúa el antropólogo español avecindado en Bolivia desde hace varios años— vemos también la energía que hay detrás de él: una mujer que ha trabajado durante dos o tres meses, comunidades que han utilizado sus conocimientos en los tintes para los hilos, el poder creativo de una idea de diseño. Todo eso debe valorarse.”
La muestra Los hilos de la vida, organizada por el Centro Cultural de España y la Fundación Palliri, permanecerá abierta hasta el 11 de mayo.
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