"La exposición refleja la cotidianidad y la parte tan humana que tienen estos medios de transporte, que como tales solo son máquinas, pero no serían lo que son si no las habitáramos nosotros; demuestra lo humano de los medios de transporte y también muestra el individualismo, en el sentido donde nos encontramos a nosotros mismos; es un lugar para pensar… la gente que encuentras en estas fotos son sinceras y puras", afirma Loayza.
Gabriel Mariaca, director de la Carrera de Diseño y Comunicación Visual de la Universidad Católica Boliviana (UCB), asegura que la fotografía de Alejandro es humana, sensible y auténtica. Mariaca agrega que la exhibición aparte de removerle el espíritu, le hizo sentir ganas de "estar en un minibús todo el día".
El joven fotógrafo comenzó el 2006 cursando la materia de Fotografía en la Universidad Católica Boliviana, donde descubrió la fotografía analógica, teniendo como docente al reconocido Fernando Cuéllar. Sus trabajos más importantes fueron la cobertura de shows musicales para la revista "Metro" y entre otras publicaciones para diferentes medios.
Loayza fue el ganador del Primer Premio Plurinacional de Fotografía Fija "Eduardo Abaroa".
"Estoy muy orgulloso… Él es muy riguroso", asegura el cineasta y padre de Alejandro, Marcos Loayza, quien añade que nunca trató de llevarlo por el camino del arte. Asegura que su hijo desde muy pequeño tuvo una mirada especial, que ahora se ve reflejada en una mirada que capta el retrato de lo humano de una situación.
Las fotografías, que reciben nombres tales como "Max Paredes", "Villa Fátima", "17", "Irpavi", "Montes", son expuestas en la Alianza Francesa de la ciudad de La Paz, en una muestra que se prolongará hasta el 20 de abril próximo.
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