Hoy les voy a contar una historia que me ha tocado el corazón. Es la historia de un niño no vidente que a sus cortos siete años de vida, toca el piano y la batería como pocos. De hecho, verlo sentado y escucharlo en el piano o la batería, te eriza la piel.
La historia de “José”, que quizá muchos ya conocen, no inspira lástima y mucho menos compasión. La verdad es que al verlo y conversar con él y su papá, no sé si trata de un pequeño que nació con un talento indiscutiblemente innato o es un ejemplo de perseverancia, dedicación y fe de un padre que se dedicó al cien por cien a su hijo... o quizá sean ambas cosas.
Conversando con Roberto Montaño, su papá, sentí lo que uno siente al ver una película basada en una historia de la vida real, con más de una enseñanza. Mucha gente pasa por momentos muy duros, como cuando se recibe la noticia de una enfermedad o discapacidad de un hijo, pero de pronto esas familias, se convierten en ejemplo de cómo enfrentar la vida, de una forma tan valiente e inteligente, aún cuando ello signifique un cambio de 180 grados. Ese es el caso de Roberto, que renunció a todo para dedicarse de lleno a su hijo; diseñó un plan de vida a largo plazo, habiendo decidido acompañarlo. En sólo siete años, el esfuerzo de ambos, ya empezó a dar grandes frutos.
Luego de conversar con Roberto y hacer un recorrido por su vida artística, subí al cuarto donde están el piano, la batería y el órgano, y ahí estaba José esperándome. Me saludó con gran soltura y mucha cordialidad.
“Estoy muy contento de que estés aquí”, me dijo, para luego añadir que tocaría el piano y la batería para mí. Así, fui testigo del talento de este pequeño prodigio que, junto a su padre, compartió con nosotros una de las más conmovedoras historias que he escuchado.
OH!: ¿Qué sucedió luego de saber que José era no vidente?
Roberto Montaño: Se diseñó un proyecto con José. Hice un análisis de lo que él podía hacer, de lo que nunca iba a poder hacer, y qué era lo que lo iba a hacer feliz. A partir de ahí, diseñé un plan a largo plazo. Pero él me sorprendió en todo...ya a los cinco años tenía una banda. Cuando era bebé fue más fácil porque dormía como todo recién nacido, tenía tiempo para nutrirme de información en Internet sobre diferentes casos de chicos no videntes, no solo de Bolivia si no de todo el mundo, y empecé a absorber experiencias de esas familias, inclusive viajé para charlar con los papás y conocer a los niños, así volvía y seguía armando lo mío.
OH!: ¿Cómo y cuándo se dio cuenta del talento de su hijo?
Yo era aficionado a la música, pero no de forma profesional sino por diversión, era amateur. Recuerdo que mientras él era aún bebé, estaba echado en el living tomando su biberón y yo agarraba la guitarra y le cantaba canciones infantiles. Él pataleaba cuando escuchaba la música. Cuando tenía dos años, empezó a marcarme el ritmo de forma impresionante pero realmente ahí no me di cuenta, ni le di importancia y seguíamos cantando y pasándola bien, aunque él aún no hablaba, se esforzaba por intentar cantar. Tocaba Charly García, Soda Stereo, cuecas y él trataba de imitarlas. La primera canción que cantó fue un tema de Octavia como a los tres años. Ahí ya había algo en mí que sabía que él iba a ser músico.
OH!: ¿Cómo fue desarrollando más su potencial?
Al ver cómo amaba la música, decidí llevarlo a conciertos musicales de diferentes ritmos y era increíble su alegría, emoción y desesperación. Recuerdo en una ocasión que lloraba y señalaba el escenario y entonces entendí que quería estar ahí. En el intermedio lo llevé y lo hice pisar el escenario, para él fue como es para otros niños cuando entran en una juguetería. Le expliqué que ahí estaban los músicos y gritaba de emoción. En ese momento comprendí que no era una diversión para él, José ama la música, es su vida. A partir de ese momento decidí comprar instrumentos musicales y así él podría reconocerlos, tocarlos además de poder sentir las formas, texturas y, obviamente, el sonido de cada uno de ellos.
OH!: ¿Pasó clases de música o instrumentos?
En realidad y a raíz de su interés por la música, hice contacto por Internet con unas clínicas para niños para poder orientarlo mejor a José sobre la música. Absorbió todo eso y cuando tocaba el piano aplicaba todo lo que aprendió. Fue un proceso de varios años. Luego fuimos compartiendo con músicos del medio local para que tocaran para él, quienes también le dejaron muchas enseñanzas en su corta edad. Desde el año pasado estuvo con una profesora de piano particular y en la actualidad cursa clases de piano clásico en un conservatorio de la ciudad.
OH!: ¿Cómo se inició en el piano?
Le regalé su primer teclado a los cuatro años. Le dije; “te traje algo que te va a encantar” y me dijo que me lo lleve, que nunca iba a tocar eso. Entonces le dije bueno y me puse a tocar sin saber casi nada, entonces José, que no me dice papá sino me llama por mi nombre me dijo: “Robert, no lo estás haciendo bien, esto no es así, déjame tocar a mí”. Observé que quedó fascinado con el sonido del teclado; recuerdo que esa noche yo no podía sacarlo de ahí, no había forma, así que lo llevé a su cama con el teclado y durmió con su mano sobre él. Luego se la pasaba horas tocando, lo primero que hacía al levantarse era tocar y explorar su teclado durante dos meses aproximadamente. Logró sacar la canción de los Simpsons. En ese tiempo él estaba explorando y había hecho una especie de mapa para reconocer los acordes. Fui testigo de cosas que nunca había visto. Entonces decidí tomar este asunto en serio. Gracias a Dios tuve la suerte de contar con músicos que aportaron en la formación de manera privada.
OH!: ¿Cómo formó su primera banda?
A los cinco años y medio formamos una primera banda. Él estaba en el piano y contraté a un músico para que toque la batería con nosotros los sábados; yo estaba en el bajo, pese a que no tenía experiencia y José a veces renegaba porque me decía “que yo no tocaba bien”. A partir de entonces, compartió con otros músicos, aprendió un poquito de historia, armonía, etc., repetía días y días sin que nadie se lo pida. Luego de pasar unos meses formando la banda, nos llamaron para nuestras primeras presentaciones, fue un momento muy especial para el niño, era lo que él había buscado siempre: subir a un escenario. Al mismo tiempo fue una oportunidad para nosotros de poder demostrar un poco el talento de José André y al mismo tiempo evaluar el trabajo, que fue un proceso de muchos años y que aún continúa. Tenía una base musical muy interesante y de buen nivel. En esa etapa ya era impresionante ver cómo ponía absoluta atención a todo lo musical. Desde música clásica hasta Rock. Además, le daba especial atención a la banda que había formado. Creo que no es un secreto pero sí una de las cosas que a veces como padres no damos demasiada importancia, escuchar a nuestros hijos no solamente con el oído sino con el corazón.
OH!: ¿Cuál es el género preferido de José André?
Conoce muchos estilos y ahora él mismo dice que tiene el suyo porque no le gusta copiar. Si bien comenzó escuchando mucho rock en inglés, la verdad es que cuando por primera vez escuchó una canción de jazz quedó fascinado. El jazz le llama la atención de una manera especial y decidió mudarse a este género. A pesar de que tenemos nuestros inicios musicales como rockeros, el jazz para él es como una luz. También disfruta mucho la bossa nova, blues, cuecas y folklore boliviano. También es un amante de Barney.
OH!: Cómo padre ¿qué siente cuando está con José?
Es como caminar a lado de alguien y cuando cierras los ojos sientes que él te alumbra. Realmente es algo que siento desde que lo vi por primera vez, somos grandes amigos, cómplices en muchas cosas, me enseñó a ser paciente y perseverante en lo que uno desea: José Andrecito es una forma de vida.
OH!: ¿Cuál ha sido su mayor gratificación?
Luego de formar la banda, me di cuenta, a finales del 2011, que yo debía retirarme. Primero porque no podía seguirle el ritmo a José, él ya me había superado, además, necesito hacer otras cosas. Pero algo que realmente me conmovió muchísimo, fue en una oportunidad
cuando José tocó en el Festijazz y me dijeron que mi hijo tocaría con el mejor baterista y bajista del país, que llegaron para tocar con él. La verdad que yo tomo las cosas con calma y no soy muy efusivo, pero cuando terminó el concierto le pregunté ¿José qué sientes al haber tocado con el mejor bajista y baterista del país? Él dejó el jugo que estaba tomando y me dijo: A ver Robert, el mejor bajista que tuve en mi vida fuiste vos”. Me conmovió mucho, inclusive el baterista y el bajista que estaban ahí se pusieron a lagrimear.
OH!: ¿Que es la música para vos?
José André Montaño: Es un sentimiento, es mi vida. Sacamos el primer disco de mi banda y estará listo en marzo.
Síguelo en:
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Perfil
José André Montaño
Nació el 20 de Marzo de 2005 en Cochabamba. Demostró su inclinación por la música a muy corta edad. Empezó tocando batería a sus cuatro años, luego siguió con el piano. A partir de los cinco años, conformó un trió de Jazz, compuesto por un bajista, un baterista y él en el piano. En la actualidad cursa segundo de primaria en el “Colegio Cristiano Colcapirhua”, donde está trabajando el aprestamiento a la lecto-escritura braille. Dentro de las actividades que le gustan, están los juegos interactivos en computadora, para lo cual utiliza el programa jaws, equino terapia, juegos recreativos, además de estudiar piano clásico en un conservatorio en Cochabamba.
José André Montaño lidera actualmente un trío de jazz, que le ha permitido desarrollar un estilo propio que está entre el swing, jazz latin pop, que se podría enmarcar dentro de la tendencia clásica o tradicional del jazz.
Sus influencias son amplias, desde Art Tatum, Oscar Peterson hasta Chick Corea, Michel Camilo, Herbie Hancock, también le agrada la música clásica desde Beethoven a Chopin, admira mucho a la pianista nacional Marianela Aparicio, entre otros.
En la actualidad el trío está conformado por Víctor Hugo Guzmán en (batería), José André Montaño (piano) y Andy Burnett (bajo), con quienes grabó su primer CD en el “Estudio de grabación Quinto Sol” de Manuel Rocha, en enero de este año. El disco “Ama a todos”, nombre que eligió el pequeño compositor pianista, cuenta con varias composiciones propias y reediciones y saldrá a la venta en marzo próximo. La producción cuenta con la participación de grandes amigos músicos invitados para la ocasión, como Fulvia Fossati (voz), Verónica Pérez (voz), Luis Mercado (batería), César Rojas (bajo), Gustavo Pérez (bajo) y Alejandro Loayza (fotografía).
EVENTOS Y DISTINCIONES
José André participó en numerosos eventos entre los que se pueden destacar:
Representó a la Fundación Arquideosesana Padre Ignacio Zalles en el VI Festival Nacional de Habilidades, organizada por CEOLI en Cochabamba, 2010. Ahí obtuvo el primer lugar en la categoría infantil. Fue condecorado con el Galardón Internacional a la Excelencia, músico destacado, valor humano y gran ejemplo de superación constante, otorgado por el I.P.P.E (Instituto para la promoción de la pequeña y gran empresa). La Paz.
Fue invitado a participar y compartir escenario con el guitarrista Glen Vargas y su banda de Rock Track en su concierto electro acústico en el Teatro Achá en 2011. Fue invitado al reconocimiento de músicos y compositores destacados del departamento del Beni. Participó con su Trío de Jazz en el XVII Festival Internacional de la Cultura y también fue invitado del Quinteto para la paz mundial de EEUU en el Centro Simón I. Patiño.
Asimismo, fue invitado por el Grupo Amaru a un concierto en el Teatro Achá y participó en la Feria Internacional de Cochabamba (2012) como invitado, en el acústico de la banda de Rock Track de Santa Cruz de la Sierra.
Fue distinguido en la sesión de honor del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba con la condecoración Alejo Calatayud al Mérito Cultural.
José André Jazz Band participó en el Primer Festival de Jazz en Cochabamba en 2012.
El Ministerio de Culturas, el Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba, el Gobierno Autónomo Municipal de Totora y el Comité Organizador del Festipiano 2012, le confirieron el Premio Koryq’uenti (Picaflor de oro) por haber sido nominado talento musical en el IX Festival Nacional de piano “Hernán Rivera Unzueta”.
Recibió el Galardón Internacional a la Excelencia y el Quality Award of the World, otorgado por la el Instituto para la Promoción de la Pequeña y Gran Empresa (I.P.P.E.), como pianista destacado y ejemplo de superación.