“Montar una exposición de calidad puede costar hasta 3.000 dólares. Es muy caro y no sólo en Bolivia, lo mismo ocurre en cualquier parte del mundo”, dijo el maestro Alfredo La Placa.
La Placa detalló que la cifra varía de acuerdo con la calidad del trabajo del artista. “Hay pinturas muy baratas, pero que no tienen duración, pero también tela más fina, la de lino cuesta unos 70 bolivianos. La inversión depende del profesional y de la calidad del trabajo que quiere ofrecer a su público”, explicó.
Con una similar mirada, el pintor Roberto Mamani Mamani contó que para montar una exposición de 20 cuadros invierte como mínimo 2.000 dólares. “Por el enmarcado de una obra de tamaño estándar (de 40 por 50 centímetros) pagamos hasta 100 dólares. Ése es un precio considerable y sin contar el alquiler de la galería y el transporte”.
Mamani Mamani reveló que por el alquiler de una galería de arte, un creador paga entre 300 y 400 dólares. “Es una inversión considerable que los artistas bolivianos, en especial los más jóvenes, no siempre pueden cubrir”, dijo.
Ante esa situación, el creador abrió un centro cultural en la calle Jaén y ofrece la posibilidad de exponer sin ningún costo a los artistas noveles.
A pesar de la costosa inversión, los dos artistas coinciden en que las galerías ofrecen la ventaja de vender las obras y conseguir clientes. “Ganan una comisión de entre 10 y 15% por pieza de arte vendida”, sostuvo Mamani Mamani, pero según La Placa, la mayoría de las galerías gana entre un 20 y 30% sobre el valor de la obra. “Los salones privados tienen la virtud de ofrecer las obras a un grupo de clientes potenciales”, enfatizó.
Una postura distinta tiene la artista Erika Ewel, quien expresó que las galerías de arte no deberían cobrar un monto por el alquiler de sus ambientes y conformarse sólo con las comisiones. “Considero que si los salones privados sólo cobran el porcentaje de ventas, se esforzarían por promocionar más y vender las obras de arte”, indicó.
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