“Las condiciones que tienen estos ambientes no son aptas para un museo”, señaló Lesly Pérez, del área de administración del Ministerio de Gobierno, en cuya infraestructura está este espacio que, a futuro, recibiría sólo visitas guiadas previamente programadas.
Según la funcionaria, en algunas áreas del repositorio -que en los años funcionó como calabozo y sala de torturas- quedan pendientes algunas excavaciones. “Aún se puede encontrar más evidencia de esa época, pero se requiere de un equipo de especialista en arqueología”, explicó.
Durante una visita al museo realizada por Página Siete, se pudo constatar que los ambientes carecen de un sistema de iluminación y señalética e incluso de una propuesta museográfica formal.
Pérez explicó que el Ministerio de Culturas se encargó del montaje del espacio para su inauguración. “Elaboraron el proyecto de este museo en tres semanas. (Culturas) se encargó de la planificación, pero por cuestiones de tiempo no contrató el personal adecuado para la elaboración de un proyecto más estructurado”, dijo.
Este medio intentó comunicarse con algún responsable del Ministerio de Culturas para que expliquen su participación en el proyecto, sin embargo nadie pudo atender la solicitud.
El espacio
El Museo de la Memoria Histórica fue inaugurado el 22 de agosto de 2011, en el marco de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado de Hugo Banzer.
Una de las salas más amplias exhibe los retratos de las víctimas de la dictadura, y a su alrededor están las celdas y las salas de interrogación en las que se confinaba y torturaba a los líderes de la resistencia.
Estos ambientes, que por muchos años se creían demolidos, se descubrieron en el subsuelo del Ministerio de Gobierno, hace casi tres años.
“Identificamos cada una de estas áreas por los testimonios de las personas que estuvieron en las celdas”, explicó José Aturazo, del área de administración del despacho de Estado.
La nueva propuesta
Según los funcionarios, actualmente se trabaja en un relanzamiento del espacio.
“El proyecto ya está en marcha. Se está realizando una investigación histórica, pues hallamos documentos y objetos que debemos seleccionar. Además, creemos que el denominativo de museo no es el más apto, pues lo más correcto sería hablar de un ‘repositorio para la memoria’”, dijo Pérez.
Indicó que se proyecta formar un equipo de especialistas, entre historiadores y arqueólogos, para emprender los cambios. “Requerimos expertos que ayuden en la intervención de las paredes, pues en ellas hay vestigios de marcas, números y frases hechos por las víctimas”, señaló la funcionaria.
También se convocará y coordinará con los familiares y las víctimas de la dictadura para elaborar el montaje en base a sus testimonios. Esperan abrir el espacio al próximo año, “únicamente para visitas grupales y guiadas” previamente programadas, indicó Pérez.
Nadia Cruz, familiar de una de las víctimas de la dictadura, expresó que es de vital importancia recuperar este repositorio. “Creemos que es muy importante porque es una evidencia de lo que ocurrió en la dictadura en Bolivia. Queremos que la gente que lo visite conozca esta parte trágica de la historia”, enfatizó.
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