La cultura es el eje de la XV Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura que concluyó en Salamanca (centro oeste español), donde el jueves se dieron cita los responsables de Educación de la región y donde se clausuró también el Congreso Iberoamericano de las Lenguas.
Los ministros abogaron por primar los valores sobre las políticas económicas a la hora de ordenar la redistribución de la riqueza, convirtiendo la cultura en base y motor de desarrollo de la región.
Así lo explicaron en sendas entrevistas con Efe los ministros de Cultura de Uruguay, Ricardo Ehrlich; Guatemala, Carlos Enrique Batzín; Honduras, Tulio Mariano Gonzáles; Costa Rica, Manuel Obregón; y Perú, Luis Peirano Falconi.
"La cultura es un elemento central para fortalecer el sentido de pertenencia y desarrollo de identidad", sostiene el ministro de Uruguay, país que está conociendo un momento relevante de impulso a su gran diversidad "con una responsabilidad de la población y de los actores culturales muy importante".
En este sentido, continuó Ehrlich, el Gobierno uruguayo está implementando líneas de trabajo en la llamada "ciudadanía cultural", con la finalidad de trabajar en una inclusión global, tanto lo que tiene que ver con el disfrute como con la creación.
Guatemala cree que si realmente se proyecta la cultura como la base o motor del desarrollo y de la cohesión social el escenario será propicio para promover "un desarrollo con identidad".
"Lo más importante de nuestros países no sólo es entrar al desarrollo, sino entrar con un reconocimiento de nuestras realidades", indica Batzín.
El ministro de Guatemala destaca que la cultura en su país debe trascender la visión tradicional del folklore y convertirse en un elemento que pueda fortalecer la economía, sobre todo la indígena, que vive una situación de extrema pobreza.
Honduras opina que la cultura "puede y debe" jugar un papel esencial en el impulso de la región, si bien lamenta que "desafortunadamente, en la medida en que un país es más pobre, en esa misma medida abandona la cultura como prioridad".
Este país aprobará en las próximas semanas la primera ley de Fomento Cultural, orientada a posibilitar las industrias culturales y el emprendimiento para que la cultura y su contribución al producto interior bruto de Honduras "puedan crecer".
Para Costa Rica es fundamental no pensar únicamente como países, sino en cómo generar conjuntamente, a nivel regional, una política cultural que contribuya al desarrollo.
De hecho, trabaja actualmente en "democratizar" y descentralizar el acceso a la cultura, así como en fortalecer la identidad nacional porque "hay cierta tendencia a priorizar lo que ha venido de fuera".
"Muchos de los problemas que ha habido desde la Constitución de Cádiz siguen siendo los mismos: equidad, inclusión de los pueblos indígenas en igualdad de condiciones al resto de la sociedad; eso, 200 años después, no se ha dado", evoca Obregón.
El ministro de Cultura costarricense se muestra contrario a limitar la cultura a los temas relativos a las artes, a lo más visible, porque "lo es todo", y en ese sentido es partidario de "revisar" la cultura dominada por la economía para "generar un cambio más profundo a través de nuestras tradiciones".
Asimismo, Perú coincide en colocarse ante el desafío de incluir en su agenda la cultura, un asunto "muy descuidado" y que supone un "factor fundamental de desarrollo".
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