Más allá de las canciones infantiles populares de toda la vida, repetidas hasta la saciedad durante décadas de padres a hijos, la música es un pilar fundamental dentro de la educación infantil, y una manera de expandir las capacidades de los niños a diversos niveles. Su poder para estimular la inteligencia emocional, así como el desarrollo auditivo y cognoscitivo desde una edad temprana, hacen de ella una sonora fuente de información, altamente beneficiosa para los más pequeños. Los efectos de aprender a tocar el violín, el piano o la guitarra repercuten directamente en su capacidad de aprendizaje, fomentando su comprensión y influye a su personalidad de cara a la vida adulta./
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