Las presentaciones individuales y de grupo, fueron extraordinarias, ya que en el escenario se pudo ver mucho más que la presentación de las danzas. En cada participación los niños y jóvenes pusieron pasión, inventiva, elementos que realzaron esta primera demostración.
La timidez fue nula, ya que como artistas brillaron con luz propia, puesto que demostraron mucho interés; el derroche de talento innato fue claro, los aplausos no se hacían esperar, las cámaras filmadoras y fotográficas se encontraban a la expectativa de todas las participaciones.
Alrededor de 13 niños, 8 jóvenes y 16 mayores, fueron preparados por Luisa Ángela Avilés y Roger Avilés, quienes dirigen el taller de danza; ellos cuentan con nueve años de experiencia en el ámbito de la danza artística, además de una vasta experiencia en la instrucción de niños en el baile.
La noche del sábado, los solistas, parejas y grupos, presentaron coreografías de tipo clásica, moderna y bailes de los años 60 y 70, no podía faltar la danza folklórica, tanto del país como de otras regiones del Chaco boliviano y argentino.
INICIATIVA
La idea de crear un taller de danza fue iniciativa de Roger Avilés, con la visión de mostrar a través de la danza la cultura boliviana, pero con bases de investigación sin fines de lucro.
El interés que demostraron los niños en el escenario se debe, según la explicación de la instructora, al hecho de no imponer, al contrario, el niño decide qué danza presentar, iniciando de esta forma su preparación con la elaboración de una coreografía y lo fundamental cumplir con los ensayos.
Es un proceso largo, puesto que los ensayos para dicha presentación se realizaron desde enero del presente año, en cambio los mayores lo hicieron desde septiembre del 2011, días después de la fundación del Taller de Danza Oruro, que fue el 14 de del mismo mes, con el afán de brindar una opción a los niños y jóvenes para dedicarse a actividades más productivas y dinámicas.
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