El director afirmó que invirtió en trabajo, investigación y reflexión como debe ser un artista que entrega, abre y cede parte de su esencia en cada obra. “El concepto y la visión de Hamlet son míos y son realmente muy personales”, sostuvo.
Aramburo empezó como actor a sus 17 años “sin saber nada y rodeado de una actividad escénica boliviana en general, “amateur y pobrísima”. El actor sostuvo que toda su obra artística gira entorno a un desarrollo coherente de estas obsesiones que le nacen desde su adolescencia.
Kiknteatr comenzó a fines de los ochenta y tiene el sello característico de Aramburo con artistas representativos como Patricia García, David Arze y Lía Michel. Trabajó también con Claudia Eid, quien fue pareja sentimental del director: “Trabajar con la pareja es muy demandante”, recuerda el actor, al sostener que no se debe mezclar la relación con el trabajo. “Con Claudia conseguimos una complicidad muy fuerte y linda, y la colaboración dio frutos; como ese Cuento del Amor, que es una obra de teatro escrita entre ambos y que me parece un texto muy bien logrado”, dijo Aramburo.
DEMAGOGIA: Por otro lado, Aramburo criticó el premio Eduardo Abaroa por ser una “demagogia” por parte del Gobierno, ya que otorgar 4.000 dólares como reconocimiento a toda una carrera artística, que a su criterio “es un insulto”, al considerar que un premio no es la manera de reconocer el arte, sino representa los lineamientos que rigen las políticas culturales del Estado actual.
Sin embargo, espera que el ministro de Cultura, Pablo Groux, abra más y mejores canales de diálogo, pues a su criterio es una de las personas más idóneas para ocupar ese cargo.
Económicamente hablando, el director afirma que el actor no vive de su arte: “No gano ni el diez por ciento del monto de lo invertido, pero recompenso con creces mi nivel humano y artístico”.
Aramburo es conocido también en el ámbito internacional: “Uno debe ir vendiendo su creación en cada función, y sobre todo en festivales del exterior, que son los que pagan algún caché que podría hacer que, a largo plazo, uno balancee los egresos con los ingreso”.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN: Para Diego Aramburo la libertad de expresión es fundamental e imprescindible para cualquier ser humano en cualquier cultura y circunstancia. Revela su amarga experiencia juvenil cuando se vio obligado a abandonar sus estudios en la Universidad Católica de Cochabamba debido a evidentes muestras de rechazo por su trabajo contestatario artístico que no fue aceptado por un religioso que fungía de vicerrector de la sede de Cochabamba en ese entonces. “Gentilmente lo mandé a cagar y dejé la institución”, dijo el actor.
“Pero este tipo de atropellos al individuo y a su libertad de expresión no hicieron más que afirmar lo que era evidente para mí: Tengo cosas que decir y voy a hacerlo y las formas artísticas son el mejor medio que he encontrado para dar vía a esta necesidad humana”, sostiene el artista.
Por último, recomienda a los jóvenes, a quienes apasiona el teatro, pero a los cuales les preocupa el dinero, que dejen de dudar, pues de lo contrario no tendrán la fuerza para sobrevivir a los miles de embates que encontrarán en el camino del quehacer artístico.
“Esta actividad demanda una voluntad de fierro y dedicación a “full time”, más si uno quiere ejercerla con una calidad que le permita ser “exportable” cosa fundamental para sobrevivir con este oficio en un país como el nuestro”. Con esta voluntad es que Diego (Aramburo) nos ofreció Hamlet en los Andes que fue calificado por la crítica como una obra cúspide del teatro nacional”, manifestó. /MPM/jlz//
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