Son 19 tapices que reproducen escenas de la vida cotidiana y espiritual de este pueblo indígena los que forman parte de la exposición. Las piezas fueron elaboradas con aplicaciones de fieltro sobre paño de lana. Lo materiales y las 12 autoras provienen de la región ártica de Canadá, de la comunidad de Baker Lake en Nunavut, considerada por los Inuit como la patria de la mayoría de los miembros de este pueblo originario de Norteamérica.
La mayoría de los trabajos recrean escenas de la vida cotidiana: representaciones de los campamentos, de las cacerías y de los animales con los que normalmente interactúan: focas, ballenas y osos, entre otros.
“Cuando era niña, me gustaba mucho cuando las flores crecían en la tundra. Eso me fascinaba. Las flores de la tundra eran bellas y quedan muy bellas en mi memoria. Las pongo en todos mis tapices”, comentó en una entrevista Ruth Qaulluaryuk, una de las artistas cuya obra forma parte de la muestra.
Dentro de esta cotidianidad, un espacio importante está dedicado a los héroes mitológicos y las leyendas de la región. El mundo espiritual de los Inuit es explorado por las artistas de la tela con colores brillantes y figuras alegóricas y fantásticas.
“Mi abuela tenia la costumbre de contarme cuentos… me decía que en otro tiempo los animales podían transformarse en personas. Mi abuela me contaba cuentos para dormir. Me he preguntado como podía incluir en el arte esas historias”, recordó Irene Avaalaaqiaq.
Con la llegada de las nuevas tecnologías y el contacto con el resto de Canadá varias de las creadoras fueron influenciadas por los conceptos artísticos contemporáneos. De esta forma, lo abstracto y los nuevos colores han llegado a los telares inuit.
Esta tendencia es más notoria en el caso de las nuevas generaciones. Un ejemplo de ello es Gloria Inugaq, cuyo sentido de los colores y sus creaciones innovadoras le otorgaron popularidad en el entorno artístico.
HISTORIA. El origen de este arte se puede rastrear hasta más de 1.000 años atrás. Los Inuit, pobladores del norte ártico, se enfrentaron a una naturaleza hostil, donde la tierra les proporcionaba pocos insumos sobrevivir. Tradicionalmente, vivían en grupos familiares dispersados por toda la región y desplazándose entre campamentos en busca de caza y pesca, su principal fuente de subsistencia.
Esta modalidad de vida se mantuvo sin cambios hasta principios del siglo XX. Una de las razones fue el contacto limitado con el sur de Canadá. Sin embargo, con la llegada del nuevo siglo los Inuit se encontraron en una situación compleja: sus habilidades tradicionales llegaron a ser consideradas obsoletas.
Fue durante este período en el que se descubrieron las habilidades de los Inuit. Así, la nación de cazadores nómadas se tornó en en una nación de artistas. Las costureras, esenciales en la cultura Inuit por su habilidad para crear vestimentas capaces de mantener el calor y asegurar la supervivencia en el gélido clima ártico, cobraron una importancia mayor.
Es así que, desde la década de 1960, sus técnicas de supervivencia son un aporte estético y una fuente de ingresos.
Comparación
Cultura y arte
El 12 de julio desde las 9.00 se tratarán las similitudes artísticas entre Bolivia y Canadá.
Política
Autonomía indígena
Ese mismo día, a las 15.00, se ofrecerá un análisis de la experiencia boliviana.
Sede
MNA
La muestra y actividades se realizarán en el Patio de Cristal.
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