Ingresar al 738 de la calle Junín de Oruro es una experiencia inolvidable. No sólo porque se trata de una casa en cuyo patio central hay una mesa ceremonial donde se dan cita los elementos de la vida, fuego, aire, agua y tierra, sino porque alrededor se puede apreciar una amplia colección de obras de arte y talleres de enseñanza.
Es el Centro Cultural Catcarve, nombre derivado de Casa Arte Taller Cardozo Velásquez, aunque todo el mundo lo conoce como el Museo Cardozo, donde hay miles de obras de arte. Contarlas es imposible, a cada paso uno tropieza ya sea con una escultura hecha en madera, chatarra, soldadura autógena o se topa con piezas únicas talladas en piedra o cerámica, sin olvidar la amplia colección de cuadros.
Obras de grandes artistas como Pérez Alcalá, los Lara (Raúl, Gustavo y Fabricio) , Mario Conde, José Rodríguez, David Darío Antezana, Hans Hoffmann, Remmy Daza o Zenón Sanzuste, por citar algunos, descansan en las paredes de la habitación principal de la casa que ya no da abasto para tanto arte. “Tengo cientos de cuadros guardados porque hasta en el techo hemos ocupado para colocar cosas muy significativas para nosotros”, dice Gonzalo Cardozo, el único hombre de la familia Cardozo Velásquez. La madre y las cinco hijas también abrazaron diferentes especialidades artísticas y juntos hacen posible la continuidad desde hace más de 20 años de este peculiar hogar de la cultura.
¿Cómo ha sido posible esta colección tan variada e inaudita? “Mi vida estaba casi ya trazada, había heredado la administración de una barraca, ya tenía familia, pero luego de mis 30 años cambié mi vida. Decidí que quería ser artista y lo hice; monté esta casa, mi familia no me perdonó, mi padre nunca lo entendió, pero no me arrepiento, ahora me siento completo”, confiesa Gonzalo, ya abuelo de dos nietos. “Si el arte se lleva en la sangre, pues mis hijitos (como les dice a sus nietos) también serán artistas”, se reconforta al pensar en la herencia tan valiosa que deja a la próxima generación Cardozo.
En esa búsqueda espiritual de encontrarse consigo mismo, Gonzalo cuenta que gracias al trueque es que se hizo de tantas obras. “Al principio pinté cuadros y ahora hago esculturas en piedra, y entre artistas nos vamos intercambiando obras. Así creció todo esto”, cuenta.
Sin duda su obra estrella son las esferas labradas en piedras recolectadas de diferentes lugares de Bolivia. Hay más de mil dispersas en todo el hogar, algunas parecen flotar sostenidas por fierros, otras son ofrecidas por cientos de manos forjadas en hierro en los talleres del traspatio. “La piedra es la memoria de este planeta. Todo lo que ocurre y nuestros antepasados han dejado algo de su esencia en cada piedra”, explica, y luego resalta la intrínseca relación entre el ser humano y la naturaleza, algo tan subvaluado en estos días.
Otro proyecto recordado por miles de niños de todo el país es el BusLeer, un bus con el cual la familia Cardozo recorrió todo el país llevando la lectura y la enseñanza del arte a personas que en su vida hubieran pensado agarrar un pincel. Se espera que pronto este bus vuelva a encender su motor.
Así es el Museo Cardozo, un motivo más de orgullo de Oruro, un esfuerzo independiente para el servicio de todos. (RS)
250
metros cuadradosposee esta casa museo, única en el país y refugio de varios artistas locales.
Museo Catcarve
Dirección Se encuentra en la calle Junín 738, entre Arica e Iquique.
Colección Diferentes cuadros de artistas nacionales y la inmensa obra de la familia Cardozo Velásquez.
Talleres De soldadura, herrería, fundición, carpintería, y cerámica.
Visitas En varios libros de visitas están registradas firmas de notables personalidades de Bolivia y el mundo.
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