“A través de las imágenes de los niños reflejo las distintas latitudes culturales que tiene el país”, dice Castillo, quien estudió la especialidad del retrato en EEUU y Francia.
Desde 1991, se pasaba viajando por diferentes poblaciones del país para fotografiar los rostros y luego plasmarlos en retratos.
Castillo cuenta que las imágenes que proyectaba pintar las decidía cuando visitaba fiestas patronales de diferentes poblaciones rurales y urbanas.
En la mayoría de sus pinturas los rostros de los niños tienen un contexto de escenas costumbristas. Además, otra característica es que muestra el colorido de los trajes típicos de distintas regiones. La artista asegura que su objetivo es mostrar las expresiones culturales de cada región.
En la mayoría de sus obras usa la técnica del pastel y pinta los retratos en base a fotografías.
“Son rostros que muestran a Bolivia desde el occidente hasta el oriente”, dice orgullosa.
Entre sus obras se puede destacar la imagen de un niño vendiendo zapallos en un mercado de Santa Cruz y la sonrisa de una niña potosina vestida con su traje típico.
También ha plasmado la sonrisa de los niños que bailan en la festividad de Tarabuco, en Chuquisaca. Del mismo modo, en otro de sus lienzos rescata la mirada de un niño que toca zampoña. Incluso entre sus obras están rostros de niños que viven en la calle y los pequeños lustrabotas que trabajan en La Paz.
Además, asegura que en todos sus trabajos busca rescatar la mirada y sonrisa de los pequeños. “Busco mostrar el alma del país a través de las imágenes de los niños”, termina Castillo.
Su trayectoria
Vida Nació en La Paz y estudió en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Mayor de San Andrés.
Trabajo Se especializó en el género del retrato. Sus obras son publicadas en tarjetas, calendarios y otros.
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