Borja-Villel llegó a Bolivia para inaugurar la muestra Principio Potosí, que ya se expuso el año pasado en el Museo Reina Sofía.
¿Cuál es la importancia de la exposición Principio Potosí?
Creo que en todo museo se tiene que cuestionar las ideas recibidas, que son construcciones que se hacen en un momento determinado.
Una de esas ideas recibidas es la modernidad. La mayoría de la gente cree que empieza en el siglo XIX, y en esa idea el Sur no existiría y entonces Principio Potosí es donde se plantea la idea de la modernidad y Potosí es un símbolo y un principio. La muestra nos permite entender que hay relación muy estrecha de la formación del capitalismo con lo que sucede en la actualidad y se cuestiona a través del arte. Lo importante de la exposición es establecer un diálogo.
¿Cuál es el papel de Bolivia en Principio Potosí?
Hay un elemento que se debe remarcar y es que Latinoamérica es un lugar desde el punto de vista artístico que está de moda y que ofrece nuevos elementos. Latinoamérica y sus artistas están en museos europeos.
¿Cuál es el objetivo de esta exposición?
Lo característico de la muestra es la relación entre información y arte y lo político y lo poético. Sitúa al arte en momentos históricos. Lo que no deja de hacer Principio Potosí, es cuestionar la práctica artística y la frontera entre lo que es el artista y curador. Nos cuestiona muestra forma de entender la historia y la exposición va más allá de la calidad de las obras. Es una exposición dura y cuestiona las ideas recibidas, por eso el público no puede estar indiferente a lo que plantean los artistas.
El arte no es algo que está al margen y es central en las sociedades actuales. La diferencia del arte con otras disciplinas y ciencias es que el arte no da respuestas, más al contrario plantea preguntas y creo que Principio Potosí eso lo hace muy bien.
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