Esa guía es sólo una propuesta. “Hay distintas posiciones, diversos caminos a través de los cuales uno se puede aproximar a lo que nosotros llamamos Principio Potosí”, aclaró el boliviano-alemán Max Hinderer, crítico e investigador y uno de los tres curadores de la exposición internacional.
Su concepto está dividido en cuatro ejes temáticos o capítulos y las obras están identificadas a través de etiquetas numeradas.
De esa forma, el recorrido de la muestra comienza en el Musef, donde se desarrolla en su totalidad el primer capítulo, denominado Existe una acumulación originaria que sólo se llama así.
Este eje, el más extenso, puede ser visitado en cuatro tramos, los cuales abordan —en sus cerca de 40 obras— los siguientes aspectos: el contexto histórico de la acumulación originaria, la capitalización de la vida con un fuerte enfoque feminista, la administración y la migración de la vida.
En este capítulo, resaltó Hinderer, es clave en todos los recorridos la presencia de los indios mitayos en documentos históricos del Archivo Nacional de Sucre y la Casa de Moneda de Potosí.
En el Museo Nacional de Arte se desarrollarán con un recorrido propio los otros tres capítulos: Existen los derechos humanos para tener derechos sobre los humanos. ¿Cómo podemos cantar el canto ajeno en la tierra del Señor? y el Mundo al revés. (Ver infografía).
“Muchos artistas tienen junto a sus obras una lámina contextual que guía (al visitante) de un paso al próximo”, señaló Hinderer.
Asimismo, explicó que la mayor parte de las obras de la exhibición reaccionan ante otras. “La obra contemporánea matiza a la colonial”, indicó. Mencionó como ejemplo que, en el capítulo 1, el Museo de Migrantes de Pekín tiene relación con un cuadro de Jesús de Machaca. Aunque estén numeradas, dijo, la propuesta estética consiste en que “todo esté presente al mismo tiempo”.
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