miércoles, 29 de agosto de 2018

El teatro nuevamente de duelo Luisa Álvarez emprendió vuelo eterno

La talentosa actriz y poeta María Luisa Álvarez, conocida por su entorno como mamá golondrina puesto que dirigía el elenco “Golondrinas Teatro”, emprendió vuelo eterno la madrugada de ayer. Los artistas la recuerdan como una mujer fuerte y generosa que ahora con su partida dejó un vacío irremplazable.

“Era un ángel, una mujer muy fuerte, valiente, luchadora (…) Justamente la invité a María Luisita para que sea la protagonista de la ‘Sanguchera de la esquina’ (homenaje a Rosita Ríos), ya que la obra se estrenó hace 24 años donde su hija debutó de extra en la compañía de don Hugo Pozo (…). María Luisita me dijo que era una obra muy significativa para ella”, expresó ayer a EL DIARIO Secarlos Terrazas, productor general de Seca Teatro, que en el primer trimestre de la presente gestión homenajeó a Ríos.

Lamentó la pérdida irreparable de la actriz y comentó que conoció que el fin de semana Luisa Álvarez debía internarse en el Hospital Obrero por un problema en la vesícula, pero a falta de camas se fue a su casa mientras se recuperaba.

“Paz en tu tumba, querida compañera María Luisa, eres ya parte del elenco de los elegidos...Q.E.P.D.”, publicó Raúl Villarroel.

“Con profundo pesar y dolor... Talía Producciones se adhiere al dolor de la familia de nuestra compañera María Luisa Álvarez, quien fue llamada hoy por Dios, para ser una actriz más del elenco de grandes en el cielo, paz en tu tumba hermana querida (después del mediodía sus restos serán velados en el Salón de Honor del Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez)”, escribió el actor de las tablas, conocido como Riguchito Pinto.

María Luisa fue una veterana del arte escénico. De actriz y asistente de vestuario pasó a dirigir “Golondrinas Teatro”, elenco que fue ganando importantes espacios en el quehacer teatral de La Paz.

TEMAS QUE LA ANGUSTIABAN

Ella solía trasladar al escenario su preocupación por lacras humanas como la trata y tráfico de menores. “La agonía de una madre” fue una de las obras que le costó mucho sobreponerse a la angustia, rabia e impotencia para abordar el tema. Encarnó al personaje principal, a la madre cuyo hijo era víctima. “Me duele el alma ver casos como este y la sociedad no reflexiona. Ojalá que el teatro sea un medio para concientizar”, afirmó el día que estrenó la pieza en el Teatro de Cámara. Hablamos en pasado, porque María Luisa Álvarez partió la madrugada de este martes 27 de agosto.

Una partida sorpresiva. Se llevó sobre la espalda la experiencia de haber sido parte de compañías teatrales como Talía Producciones, Realidades de Raúl Villarroel, y compartió escenario con Hugo Pozo, Rodolfo Calahumana, Juan Barrera y otros actores y directores que alientan la corriente del llamado Teatro Popular.

Doña María Luisa fue más que una actriz y directora. Escribió libretos y también las canciones que acompañaban sus puestas en escena y por encima de muchas cualidades, fue una persona muy generosa y agradecida con la vida.

DE “VOZ DULCE”

Tenía una voz muy dulce, aspecto que el público lo evidenció en sus últimas apariciones públicas: en dos oportunidades de la Larga Noche de Museos, donde encarnó a una mujer dolida que cantaba la pérdida de Manuel, un allegado suyo y este año en una improvisación en la sala de ensayos del Teatro Municipal, actuación muy aplaudida por decenas de personas que no perdían la oportunidad de sacarse una fotografía con ella. No menos importante fue la representación que hizo de la tía del Tío Ubico en “Ajayus: una noche con espíritus de verdad”, su figura aparecía de la nada en una de las gradas del Municipal, cantando “se apagó el amor como un fueguito, como un fueguito muerto de frío…”.

Otra característica de la artista fue la habilidad con las tijeras, agujas y máquinas: ella confeccionó todo el vestuario utilizado en su trayectoria actoral. Este 2018 fue elegida Reina del Carnaval de Antaño, oportunidad en la que lució orgullosa un traje similar a inicios del siglo anterior.

“El hecho de que seamos soñadores hace que le demos alma, vida y dinero al teatro. El escenario forma parte de nuestro ser y seguiremos mientras podamos”, expresó en una oportunidad.

Descansa ahora en paz. Ya no se la verá en las ferias culturales de El Prado o en sus permanentes gestos de solidaridad. Siempre daba, sin esperar nada a cambio.


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