Maestro de maestros. Nacido en Santa Cruz de la Sierra, el 21 de enero de 1925, Nicolás Menacho Tarabillo dejó físicamente este mundo, pero su obra permanecerá vigente. Tras su partida, allegados a la industria cultural y otros personajes cruceños se manifestaron en honor al autor de obras como Poema oriental, Invitación al amor, Santa Cruz del ayer, Rueda de camba y la Romanza de la Selva
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“Los pueblos necesitan en su construcción contar con quienes tengan la capacidad de retratarles el alma y lo hagan de manera amable, tierna, firme y nítida. Que no exista duda que están expresando en medio de la poesía y el pentagrama, los sueños de esperanza”, señala el abogado y exprefecto Carlos Hugo Molina en referencia al ‘profesor’, como le llamaban algunos amigos y quienes pasaron por las aulas del colegio Nacional Florida y la escuela de Bellas Artes Víctor F. Serrano.
Previo a su etapa como docente, estudió en la escuela Obispo Santistevan, donde sus maestras lo elegían para mostrar su talento en actos cívicos. Hizo la secundaria en los colegios Nacional Florida y Nacional Comercio, para después pasar a la Escuela Nacional de Maestros de Sucre, donde se graduó como profesor de Educación Musical y Canto.
El periodista y escritor Bismarck Kreidler lo recuerda como una persona tranquila y de buen humor en su etapa como profesor en la década de los 60, cuya sabiduría musical era su principal arma de convivencia tanto con sus alumnos como con la gente de su edad, a tiempo de recordar que fue quien preparó el coro del colegio en ese entonces.
El ‘Jilguerillo’, como lo llamaban sus más allegados, sirvió de inspiración a artistas como Gladys Moreno, Hermanas Saldaña, Arturo Sobenes, Zulma Yugar, Reyes Antelo y grupos como el Trío Tradición, el Trío Oriental y Los Cambitas. Tras su jubilación en 1975, su vida fue un vaivén de aportes a la cultura musical cruceña.
Participó en diversos concursos de composiciones musicales, consiguiendo siempre los primeros lugares, según registra Armando Terceros en el Libro de oro de los autores, compositores e intérpretes de la música oriental. El primer premio obtenido en el Festival Sombrero ‘e Saó es un ejemplo de ello. Asimismo, como buen carnavalero, asistía como jurado en el festival de bandas.
Reconocimientos
Instituciones públicas y privadas no fueron indiferentes con su obra. Fue distinguido como la personalidad del año con Medalla de Oro. En 2015 la Gobernación cruceña lo condecoró por su aporte a la cultura musical del oriente boliviano y el importante legado dejado a tantas generaciones de músicos.
Dentro de sus homenajes en vida la Alcaldía le otorgó el honor al Mérito Municipal con la mención Servicio Ciudadano, categoría educación y cultura. “Aquí nací y crecí y aquí es donde aprendí lo hermoso que es vivir”, dijo don Nicolás sobre su Santa Cruz al momento de recibir este reconocimiento en noviembre de 2016.
En el ámbito artístico, la idea del músico Arturo Molina se plasmó en un disco realizado por artistas contemporáneos de la comuna cruceña que interpretaron sus temas desde su territorio musical. Este homenaje marcó una tendencia que después siguió con Godofredo Nuñez y Susano Azogue.
Desde el grupo vocal Contrapunto subrayan el amor a su tierra a través de la música y así fue como lo despidieron en su velorio. El director Eduardo ‘Lalo’ Chávez señaló que fue a través de don Pedro Rivero Mercado que se tuvo el acercamiento para grabar siete de sus piezas, en 2016, en el disco Entre amigos.
Su última aparición musical en público fue junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, donde tocó los acordes de El trasnochador y Misterios del corazón, en 2015, pero el director de este grupo menciona que don Nicolás asistió a la última temporada presentada en agosto, y anunció que en marzo de 2018 se lanzará un homenaje a su vida artística junto a Arminda Alba.
“El profesor Nicolás Menacho es el caballero de la música elegante, el que hace que cada poema mueva cada fibra del individuo. Extrañaremos su caminar erguido y sus palabras calmas. Nos deja sus maravillosas obras musicales que se pasean desde la calle al salón y a los grandes escenarios”, expresó el director del ensamble Hombre Nuevos, Rubén Darío Suárez Arana.
Los restos de Don Nicolás descansan. Su legado permanece.
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