La Sinfónik, bajo la dirección de su fundadora, Rita Calvo Soux, lleva adelante el reto de estrenar en La Paz dos obras jamás escuchadas del compositor Johann Sebastian Bach, junto al coro madrigalista, el coro especializado del Conservatorio Plurinacional de Música, el director musical Weimar Arancibia y sobre todo el aporte del tenor, Henry Orlando Villca.
El concierto se realizará el viernes 20 de octubre en la iglesia de San Miguel a las 20.00 y forma parte de la celebración de los 500 años de la Reforma de Lutero.
El tenor Villca es además el único boliviano que obtuvo el premio Huygens. Reconocimiento a las mentes más brillantes en distintas áreas de conocimiento, en su caso al talento que posee con su voz y su interpretación de laúd. El músico postuló al Christiaan Huygens Awards mientras terminaba sus estudios en La Haya, fue seleccionado y se trasladó a Holanda, donde lo vuelven a seleccionar, ya en la recta final, entre 57 postulantes de lo mejor del mundo; en lo académico y artístico logró el reconocimiento.
El triunfo le permitió a Henry Villca conseguir no sólo un laúd, sino varios, y hoy perfecciona la interpretación del instrumento en la ciudad de Bremen. La historia de Villca inició cuando audicionó con su voz junto a otras tres artista en Bolivia, para una obra. “Ahí inicio mi amor eufórico por la música nativa, el barroco. La preparación de la grabación se hizo por un ensamble junto al sello de la música clásica Channel Classics”, contó. Ésa fue la plataforma que lo impulsó a especializarse y seguir una carrera de tenor en La Haya.
El artista explicó que Bach es un autor difícil de interpretar y que el proyecto de la Sinfónik permite a jóvenes talento bolivianos acercarse al contexto en el que Bach hizo sus mejores composiciones. Con el tono suave de su voz, el experto en interpretación histórica afirmó que al cambiar del Barroco al Clásico existió en medio el rococó, por lo tanto no se puede interpretar a la ligera al compositor. Para Calvo, el aporte de Villca al concierto es fundamental porque él marca las pautas tanto para el coro como para el seguimiento a los instrumentos dirigidos por Arancibia. Todo con el objetivo de que los asistentes se transporten a la misma época de Bach a través de las notas musicales.
“Es el manejo de técnicas antiguas tanto en el canto como en los instrumentos barrocos. Por suerte existen manuscritos, impresos que te guían hacia cómo se interpretaba la música. Una orquesta barroca”, dijo. Como ejemplo puso al violín moderno que tiene cuerdas de metal y el arco es recto. El barroco en cambio tiene cuerdas de tripa, el arco es más ondulado, lo que hace un sonido distinto. Lo mismo con el chelo y el resto de los instrumentos. Villca se siente afortunado por sus estudios de canto en La Haya y por su especialización de cuerda pulsada en Bremen. Tiene muchas ganas de compartir todo ese conocimiento con los jóvenes músicos en Bolivia.
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