Nos viene a la mente el trabajo de este maestro del arte pictórico porque hoy consagrados dibujantes y pintores bolivianos honran permanentemente su memoria y recuerdan sus enseñanzas y su peculiarísimo estilo utilizado cuando pintaba al óleo y especialmente en la técnica de la acuarela.
Sentado frente a su caballete, acuarelas y pinceles en sus manos, José Rovira comenzaba a pintar incansablemente las composiciones que le dieron fama por sus trazos rápidos y seguros. Después de observar sus apuntes a lápiz, paulatinamente iba configurando paisajes donde los cielos, en su mayoría ocasos, mostraban variedad de tonalidades cromáticas difuminadas con bastante agua durante el trabajo.
Y lo más notorio de todas sus composiciones era el intenso colorido de pigmentación transparente aplicado con pinceladas precisas que sugerían bosques, frondosos árboles, suelos, montañas y hasta figuras humanas.
Con esas características, José Rovira dedicó toda su existencia al arte de la pintura.
REMEMBRANZA
Y como se trata de remembranzas, hay que afirmar también que en el año 1936 en la Escuela de Bellas Artes de nuestra ciudad, José Rovira fue alumno de Cecilio Guzmán de Rojas, Jorge de la Reza, Genaro Ibáñez, Alfredo Araujo Quezada y Hugo Almaraz; todos ellos, artistas pintores de mucho prestigio en la Historia del Arte de Bolivia.
* Jorge Villanueva Suárez es periodista, dibujante, pintor y escritor. Es también caricaturista. Actualmente colabora con el suplemento La Guía del periódico EL DIARIO bajo el seudónimo de Villas en Acción.
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