Los niños con capacidades diferentes son aquellos que sufren enfermedades terminales y trastornos emocionales. En su segunda versión acoge a los infantes con autismo. El taller es un lugar donde la terapia del arte logra que los pequeños artistas disminuidos abran sus corazones y posibilidades.
La experiencia que se obtiene con este tratamiento que se les brida que tienen la opción de ser muy acertados en la apreciación del color, en la composición y, sobre todo, en la emoción que necesita todo artista cuando pinta o modela su obra.
Si bien algunos niños que sufren de autismo avanzado, que es muy invalidante, en su tienden a demostrar que en esa aparente coraza que los envuelve, pueden hacer arte con una delicadeza que sorprende y que es indicativa que nace desde lo más profundo de sus seres.
Aunque su concentración a veces se tornaba variable, lo que sorprendió fue su capacidad de entrega y lucidez, pues los niños pintan con el alma, expresando sus sentimientos, sus fantasías, sus frustraciones, el mundo de sus sueños, de sus percepciones, con una seguridad sorprendente.
Un organizador de la muestra declaró a EL DIARIO: “Quizás es el momento de que seamos mejores personas para comprenderlos y quererlos, pues si hay una discapacidad, esta se halla en el alma de quienes se arremolinan en la mezquindad y se contentan con un mundo cada vez más insensible, alejado del goce de la imaginación y la emoción”.
La muestra espera llegar a los corazones del público que se dará cita a partir del lunes, en el espacio cultural.
De acuerdo con entendidos en la materia de la psicología, los niños con capacidades diferentes, si bien tienen algunos problemas, no están impedidos de su creatividad, ya que su mente se mantiene lúcida y tiene amplia creatividad.
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