La colección está compuesta por 14 óleos: óleos sobre tela, óleos-acrílicos, collage-óleo, ocho dibujos y grabados además de tres esculturas-construcción.
“Diego Morales, desde una rigurosa estética del desacuerdo, colmado por una conciencia del desengaño, documenta una visión crítica de la realidad. Sus obras, por su grado de condensación, en cuanto a los colores, producen múltiples variados efectos: las superficies, esas zonas de tonalidades oscuras o claras, se presentan como signos simbólicos, en trance de hacer visible una visión de la realidad despojada de sus adherencias cosméticas; la revelación de un principio que, partiendo de lo incierto, crea una nueva unidad, una forma definitiva de liberarse de la vacuidad presente”, comentó el reconocido poeta Humberto Quino.
Asimismo, el afamado investigador Elías Blanco, manifestó que “Diego Morales Barrera, vive en lo alto de Villa San Antonio, desde donde tiene una vista privilegiada del mundo de casas y edificios de la ciudad de La Paz. Tiene un especial apego a esta urbe, donde vivió y sufrió con su arte o por su arte.”
Diego Morales Barrera estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes “Hernando Siles” de La Paz. Durante la dictadura boliviana en los años ochenta, se exilió en Suiza y amplió sus estudios en escultura, grabado en metal y técnicas afines; también se especializó en serigrafía, aerografía y reprofotografía.
Entre sus logros más destacados figuran: “Mención Honrosa, Salón Pedro Domingo Murillo” (La Paz, 1978), “Primer Premio de Grabado, Bienal Pucara” (La Paz, 1985), “Primer Premio Nacional de Grabado, Salón 14 de Septiembre Cochabamba” (1990), mención a su obra “El Laberinto” en la Bienal SIART (La Paz, 1999), la “Medalla al Mérito Cultural, Pro Arte” (La Paz, 2008), el Premio Plurinacional “Eduardo Abaroa” a la trayectoria y aporte cultural (La Paz, 2012), y el “Reconocimiento por su destacada trayectoria”, otorgado por el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (2015).
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