“Parece que tenían hormigas en la botas, eso no es bailar es chacota (...) vuelvo a ver y da ganas de agarrarlos a patadas”, “Que vergonzoso... da pena ver estas porquerías de compañías de danzas” (sic), son algunos de los mensajes en una ola de ataques que recibió el reconocido Ballet Folklórico de La Paz (Bafopaz) en Facebook, tras publicarse el video de una actuación del grupo en televisión.
Los usuarios —en su mayoría orureños— criticaron tanto la estética de los trajes como los pasos usados. El video era un promocional del espectáculo que el ballet, ganador del premio Eduardo Abaroa en dos oportunidades y del lauro La fete de la vine al mejor grupo en el festival de Dijon (Francia), mostró en la Unesco en 2015.
Se acusó al ballet de distorsionar el Carnaval de Oruro y se pidió la intervención del Ministerio de Culturas o la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO) para que “prohíban que bolivianos afecten nuestro arte”.
Víctor Hugo Salinas, director de Bafopaz, lamentó que quienes cuestionan la actuación no diferencien entre las danzas de calle y las de escenario. “Tenemos que hacer arreglos para presentar el baile folklórico en escenario. Los pasos tienen que ser más estilizados para mantener la emoción del público”.
En los comentarios incluso se descalificaba la presentación por “no hacerse por devoción” y por distorsión del atuendo. “Los trajes no pueden ser los mismos de las entradas por cuestión de peso. Y la diablada tampoco es la única danza que hacemos”, agregó Salinas.
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