En estos días, Arze comparte con sus compañeros y el público una nueva forma de hacer teatro. La pieza es protagonizada por Leonel Fransezze y Mauricio Toledo. "Presentar la obra ha sido muy satisfactorio”, dice en una conversación con Página Siete.
¿Cómo ha surgido la idea de montar la obra de teatro REC?
La idea de hacer la obra surgió de un encuentro con Guillermo Sainz, nos conocimos en el rodaje de una película, en julio. Entonces, charlamos y me propuso hacer algo distinto. Al día siguiente me trajo el libreto y empezamos a trabajar. Luego, al tiro, convocamos a los tres actores. Después le dije: lo hacemos en diciembre. Recuerdo que Guillermo se sorprendió, pero nos animamos a hacerlo. La idea de la puesta en sí surgió de que yo quería buscar espacios alternativos para hacer teatro y REC era la obra perfecta.
¿Cómo y por qué ha elegido a Toledo y Fransezze para protagonizar la obra?
Yo ya quería trabajar con Mauricio Toledo, ya habíamos empezado un proceso y que no pudimos terminar. Y con Leonel hemos tenido una experiencia con Las criadas, yo quería dirigirlo. Y con Mariana Vargas he trabajado también con Las Criadas. Para mí, ha sido más una cuestión de conexión, que de perfil. Y pensé que los tres serían perfectos para los papeles y más bien no me he equivocado.
¿Qué ha sido lo más complicado del proceso de creación y adaptación de la obra?
Lo más difícil, además de la adaptación, era mantener ese realismo de la obra (...), y en términos creativos, mantener esa tensión entre los personajes. Y en términos de producción, la logística de hacer las reservas, de mandar mensajes antes y después de la obra y todo eso.
Ya se presentaron las primeras funciones de REC. ¿Cómo ha visto la reacción del público después de ver la obra?
Ha sido increíblemente satisfactorio. Es sorprendente, la gente está amando la propuesta y me ha encantado tener una relación diferente con el público. Además, que las actuaciones recibieron muy buenas críticas, los tres actores están increíbles. La recepción de la gente ha sido positiva. Todos están sorprendidos porque nos hemos lanzado, no sabíamos qué iba a decir el público, si se iba a sentir incómodo o no, pero la incomodidad es parte de eso.
Generalmente cuando un director presenta sus obras quiere llenar salas con un público masivo, pero en REC el ingreso de la gente es limitado, ¿qué dice al respecto?
Hacer REC es un riesgo. Es un riesgo porque a veces el ego hace que vos quieras que vean la obra unas 600 personas. Sin embargo, en REC la idea de la propuesta era distinta, estamos siendo fieles a la puesta de la obra. Y más que cantidad, queremos generar calidad. Entonces, esa cercanía con el público no la podemos tener en un espacio grande. El público sale encantado con la experiencia, vive una experiencia fuerte porque puede oler a los actores, sentir su respiración, es otro tipo de experiencia. Con REC estamos haciendo 20 funciones, es algo muy positivo.
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