Cuando camina por la calle, es casi imposible que dé cinco pasos sin que alguien le sonría, lo salude, se le acerque, lo abrace, se tome una foto con él o le diga cuánto lo ha extrañado. Después de sufrir un accidente cerebrovascular en abril de este año, que lo alejó de sus labores teatrales sin fecha de retorno, David Santalla se alista para volver a pisar un escenario y reencontrarse con su público.
Con la reposición de la obra "Claudius, Toribius, Calígula y Nerón" —un imperio romano visto a la boliviana— que se pondrá en escena del 14 al 16 de noviembre en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, el comediante busca volver a la actividad escénica y retomar varios de los proyectos que dejó pendientes. Entre ellos, guiones, libros y el estreno de una película en la que es el protagonista.
En un breve paseo por el centro paceño, el artista habló con La Prensa sobre su regreso al teatro.
Está a dos semanas de volver a pisar un escenario, ¿cómo se siente?
Sí, me dan escalofríos y todavía no me sé la letra. Estamos muy entusiastas, nos reímos al ensayar y ese es un buen índice. Quiere decir que la risa está garantizada en el teatro y también los mensajes. La obra tiene sátira, tiene ese mensaje que es una forma elegante de decir las cosas.
Justamente, vuelve con la reposición de una obra que presentó hace muchos años, ¿por qué eligió esta?
Es de hace 20 años y es que esa obra no la hemos difundido mucho. Creo que fueron dos días nada más y dos funciones. Ahora van a ser tres días, ya hemos ganado por lo menos uno, pero van a ser en funciones de tanda y noche.
¿Cuál es la expectativa y el sentimiento que le producen estas presentaciones?
Es que tengo que volverme normal, porque yo estaba con los afásicos (trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una lesión o daño cerebral). Se llama así a los que han sufrido un derrame cerebral, pero ya estoy normal gracias a Dios. Me produce mucha emoción, es un compromiso. Incluso sentir la adrenalina y las cosas que corren por la sangre.
Desde su recuperación, la gente ha estado solicitando su presencia en varios lugares. ¿Planea llevar este show a otras ciudades?
Sí, vamos a ir primero a Sucre, Santa Cruz, y Cochabamba. También tenemos invitación para ir a Potosí. Lo único que yo no quiero es que haya mucho frío.
Hablando de su salud, cuando aún guardaba reposo en su casa se lo veía bastante delgado y ahora luce mucho mejor. ¿Cómo se siente?
Primero, el optimismo, eso es una automedicina, porque aquel paciente que no está optimista se está acabando. En cambio yo soy rebelde, pues. Gracias a Dios no me han venido secuelas.
¿Se está cuidando más? ¿Dejó de comer o beber algunas cosas?
He eliminado la sal, porque eso es lo que hace subir la presión. Aparte, he tenido también algunos problemas de acoso de una persona, que crean un estado de nervios. Creo que eso me ha producido la crisis. Lo principal es que estoy de regreso y con unas ganas de trabajar para qué le digo.
En este tiempo, el trabajo de su hijo Yúngaro se hizo más visible. Aunque él ya era parte de Santallazos, ¿pensó en trabajar juntos?
Yo le he dicho que no trabaje conmigo, porque él tiene que encontrarse a sí mismo. Ha encontrado una veta humorística que es el stand up comedy (comedia de improvisación en vivo). El "impro" le dicen. Entonces quiero que no sea algo parecido a mí, porque si no se producen comparaciones antipáticas. "Que su papá es mejor", "que éste le ha superado al otro", "que esto y el otro". Eso es feo. No podemos estar en competencia, pero sí uno le guía en algunas cosas. Muchas veces yo le consulto. Cuando estamos ensayando nos matamos de risa y ese es un buen índice. Eso quiere decir que el público se va a reír.
Ya que usted impulsaba la Ley del Artista, ¿con qué novedades se encontró ahora?
Nos han fumado. La otra vez un exactor nos mostró un proyecto, que era nada más una lista, no era un proyecto real. Nosotros, en el tercer Encuentro Plurinacional de Teatro, que nos reunimos en Pucarani, hicimos una redacción y sacamos algunas conclusiones. Voy a presentar eso pronto, pero aclaro que no es obra mía, es de todos los actores del país. Es cuestión de pulirla un poco más.
¿Qué elementos incluye esa propuesta?
El actor necesita que se lo considere parte de la cultura nacional. Entonces hay que darle más importancia al teatro como medio de comunicación masiva. En las artes se necesitan lugares donde poder ensayar, producir y presentarse. Así como se hacen canchas para el fútbol, igual debe haber teatros para los artistas. Para la música tanto como para el teatro.
Son varios los proyectos que dejó pendientes, como guiones y libros…
Sí, tengo cinco libros ya escritos durante mi convalecencia. En uno le pongo "Me dieron ganas de opinar".
De la serie de libros sobre su vida, quedaba pendiente "Aquel jovenzuelo travieso que fui", ¿cuándo lo presentará?
Falta "Aquel jovenzuelo…" y después ya presentaré "Aquel viejote…" (risas), pero antes presento algunos guiones base para hacer películas. O sea, es la idea base para hacer un guión. Luego tengo dos novelas. Son cinco libros ya terminados. Tengo que presentarlos lo más pronto posible.
Hable de su personaje en la película "Cuando los hombres quedan solos"
Me han llamado siempre para películas donde hago de malo y dramático, pero para humor nada. Debe ser por mi cara (risas). Aunque me prohibieron que hable del personaje, es la historia de un miliciano que tiene un antes y un después. Cuando viene la vejez, ya es el buenito y por eso se queda solo.
¿Con quién se encontrará la gente al ver esta otra faceta?
Con otra persona, o sea yo ahí hago un papel algo dulce, pero hay otro actor que interpreta mi juventud. Entonces ahí se ve la crueldad del asunto.
¿Continuará con esta lucha por los derechos de los artistas?
Sí, lo malo es que me vino el tistapi (palabra quechua que significa resaca), este accidente cardiovascular que me ha aislado un poco. Dejé las funciones de presidente de ABDA (Asociación Boliviana de Actores) y el vicepresidente se fue. Entonces otra vez estoy tomando ABDA para llamar a elecciones y que otro grupo se haga cargo.
Cuando estuvo convaleciente, le pidió a su público que no se olvide de usted. ¿Qué le dice ahora que está más recuperado?
Yo quiero agradecer públicamente a todos los que han orado por mí y los que no creen han orado también o por lo menos se habrán puesto compungidos. Yo les agradezco mucho ese aprecio que me han dado. Eso me ha llenado de energía a tal punto que me pongo inquieto y digo "ahora tengo que trabajar, trabajar, trabajar". Eso se me ha metido en la mente. Realmente existe esa fuerza mental con la que han orado muchos con tanta sinceridad.
Yo tengo que agradecer al público produciendo cosas que le distraigan, no que les haga olvidar sus problemas, pero que les inyecte ganas de triunfar.
Agradezco a mi hijo Yúngaro, que siga adelante con sus inquietudes; y a mi hija Claudia, que gracias a que tanto le hablé de los árboles y animales, es una de las primeras ingenieras en medio ambiente; y a mi otra hija que vino desde Estados Unidos, María Victoria. También a Vicky Suazo, que se ha desvivido y ha empezado a arreglar mi casa, porque la casa de un soltero es fregado. Es un desorden ordenado.
53 Años de trayectoria artística tiene el actor paceño, David Santalla.
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