Juan Carlos Calderón, uno de los expertos de música clásica en La Paz, explicó con enojo y tristeza que la ópera en Bolivia no existe como tal, y sólo son un grupo de personas que se reúnen el primer martes de cada mes, en el Círculo de la Unión, para deleitarse con la música selecta.
Refiere que esto se debe a la falta de culturalización en el país, además de la falta de apoyo a este género. “La gente cree que el rock es la única música del mundo y no se da cuenta que también existe otros géneros que pueden aportar en su formación”.
Explica que en los grandes teatros del mundo acogen todas las noches, entre 3000 y 5000 personas, mientras que en La Paz, en las funciones que ofrece este espacio, como máximo, llega a 60 espectadores, todos invitados a través de email o teléfono.
“Esto se debe a la falta de conocimiento, para entender y disfrutar de la ópera, uno debe tener sentimientos, salir lagrimeando, son cosas muy profundas basadas en grandes obras de la literatura universal, desgraciadamente hay gente que cree que son ideas ‘eurocentristas’, cuando el arte no tiene tiempo ni lugar es universal; estamos en crisis cultural”.
Esta crisis es considerada por Calderón por lal falta de interés de la población a lo que puede ser bueno. Las personas desconocen de la cultura, la historia y grandes acontecimientos universales y están centrados en el diario vivir, las tecnologías, viven como maquinas o animalitos.
Explicó que en algún tiempo pasó por la cabeza del grupo, proponer que la música clásica, sobre todo las óperas, inspiradas en grandes autores de la literatura universal, se implementen en la curricula escolar, sin embargo, esta idea fue descartada, pues opinan que no va a tener apoyo, ya que se trata de cuestiones colonizadoras, “el arte no es colonizador, no hay sentido de cultura vivimos en un mar de ignorancia”.
Explicó que el Círculo de la Unión, la Filarmónica y la Sinfónica Boliviana son los únicos espacios habilitados para proponer óperas, pues el costo de montar una es elevado.
“En Estados Unidos montar una obra cuesta más de un millón y medio de dólares. Sin embargo una vez, yo monté una obra con 150 dólares, son cosas que desmotiva y a veces uno mismo es el que debe financiar todas sus propuestas”.
Concluyó que la salvación de la ópera en el país está a través de la piratería y los discos de ópera que venden en las calles. “Conozco grupos que se compran el DVD y disfrutan de la música en sus hogares. Creo que esa es la única salvación para este género”.
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