Las antigüedades forman parte de la vida de Efraín Negrón desde muy joven, ya que creció en una ciudad que es en esencia una localidad antigua llena de objetos de la época colonial, se trata de Potosí, La Villa Imperial.
“En la casa de mi abuela habían muchísimas antigüedades que las heredó una tía y se las llevó pero a mí siempre me gustaron, desde muy joven”, recuerda Efraín, quien estudió Derecho en la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (Uajms). Actualmente vive en Tarija y ha traído hasta aquí los objetos antiguos que ha ido recolectando a lo largo de su vida.
En una habitación de su casa de Tomatitas se encuentran los objetos más diversos a través de cuya vista e historia se ingresa en el conocimiento de la historia de la Villa Imperial. Se puede apreciar una colección de llaves y candados, objetos que están entre los primeros que Efraín comenzó a coleccionar cuando tenía 15 años, éstos adornan una pared. Las hay de todo tamaño.
“Son también de la época de la Colonia”, explica don Efraín y detalla que algunas de ellas son tan grandes que han servido como armas contundentes que ocasionaron más de una muerte en diferentes riñas.
Cuatro romanas de la época de la Colonia llaman la atención porque a simple vista cuesta reconocer de qué objetos se trata y para qué sirven. Éstas son de las que se utilizaban en la recova (mercado) hasta hace por lo menos 60 años, según recuerda don Efraín, quien cuando era niño todavía solía jugar en este centro de abasto. Sin embargo, son objetos propios de la época de la Colonia que fueron fabricados en España y que eran muy fiables como medidas de peso.
Las lámparas usadas por los mineros en diferentes épocas también son parte de su colección. Se destaca una pequeña lámpara a modo de mechero que funcionaba con aceite de ballena y que era utilizada para entrar a la mina durante la Colonia, luce sólida y sin embargo, pese a ser de acero, su peso es mínimo.
Más adelante la cambiaron por una que funcionaba a carburo y que causaba problemas debido a que los mineros las usaban también para alumbrarse durante la noche en sus viviendas y en muchas ocasiones murieron intoxicados por monóxido de carbono, por lo que luego fue sustituida por el tercer modelo de lámpara que es de las que se utilizaron a fines del siglo XIX en la fiebre del oro en Norteamérica, fueron traídas a este lugar del mundo.
Don Efraín ha ido consiguiendo los objetos de diversas maneras. Inicialmente los buscaba pero poco a poco la gente ha ido conociendo su afición, en especial cuando se convirtió en una personalidad pública al ser designado prefecto del departamento de Potosí. “Entonces ya la gente me buscaba y traía cosas para venderme”, cuenta.
Otro objeto doméstico interesante es la plancha y Efraín tiene una colección de éstas que provienen desde la época de la Colonia hasta planchas utilizadas ya bien entrado el siglo XX. Dichas planchas se emplearon sobre todo en el campo ya que funcionaban a carbón.
Al principio, cuando recién se casaron, para su esposa María Póveda era difícil entender por qué a Efraín le gustaban las cosas antiguas pero poco a poco y a medida que fue conociendo lugares y objetos antiguos con su historia, se fue convirtiendo también en una amante de las antigüedades.
“Poco a poco, cuando vi más cosas y en los viajes he aprendido a valorar las cosas antiguas porque son hechas con más arte, bien hechas y son muy durables. Entonces las he ido apreciando más y ahora me gustan”, dice María.
Su favorita es una máquina Singer de costura que tiene unos 100 años y que perteneció a una familia japonesa que vivió en Potosí. “En esa época-cuenta María Póveda- para ellos era mejor contratar a una modista y contrataron a mi mamá. Ella les costuraba los kimonos para la familia y también hacía ropitas pequeñas para las muñecas”, detalla y añade que cuando se fueron se la vendieron a su madre y de ese modo la máquina se quedó en la familia.
Otro gran tesoro lo constituye una máquina de calcular que se utilizaba para hacer las cuentas en las empresas mineras y que perteneció al padre de doña María, quien era contador. Es un aparato cuyo funcionamiento puede parecer, o muy complejo o muy simple, pero que según don Efraín, aún está vigente y es muy útil para calcular.
Dentro de la colección destacan también aparatos de radio de diferentes épocas. Uno de ellos, de la marca Geloso es interesante ya que en su dial se pueden observar los nombres de los lugares para sintonizar las radios de acuerdo a los países y ciudades.
“Lo interesante de este aparato es que ha sido programado especialmente para Potosí, o sea que si lo llevamos a Sucre o La Paz, ahí no se escuchan las radios en el dial que corresponde, sólo en Potosí”, explica don Efraín haciendo referencia a la importancia que tuvo Potosí como centro económico en épocas pasadas.
Pero dentro de su colección también destaca un trío de armas de fuego, una pistola de la época de la Colonia, un revólver de fines del siglo XIX y un arma que según Negrón es del mismo tipo que la que se utilizó en un atentado fallido en contra de Hitler.
Se suma a sus reliquias una estufa inglesa antigua que también fue rescatada por Negrón de la casa de una familia de abolengo que cayó en la ruina y que la tenía abandonada en un patio. “Yo la vi y la quería y apareció otro hombre que también y ahí pujamos y la compré yo por 200 dólares”, recuerda don Efraín mientras nos muestra la cocina, cuyo diseño fue hecho especialmente para funcionar en el altiplano.
“Su funcionamiento es en base a yareta, un arbusto que crece en el altiplano y que es un combustible muy duradero que se recoge del campo y se lo pone a secar durante un año, luego se lo introduce al fogón y un trozo puede arder un día entero”, explica.
Tres tesoros muy apreciados por Negrón
Piano
El piano de más de 200 años fue de su familia. Negrón lo perdió de vista mientras estudió Derecho en Tarija y pudo recuperarlo años después cuando era presidente de la Corte Suprema de Justicia, alguien le ofreció venderle el piano que había sido de su familia.
Vitrola
Una vitrola de 1907 luce impecable en la sala de los Negrón, este aparato amenizó tantas fiestas y funcionaba a manivela. Había que darle cuerda y luego cuando empezaba a sonar lento de nuevo había que girar la manivela para que no se detenga la música.
Radio
Los aparatos de radio son de las primeras épocas de la radiodifusión, entre éstos destaca uno de la marca Geloso, en cuyo dial se pueden observar los nombres de los lugares para sintonizar las radios de acuerdo a los países y ciudades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario