En silencio, dos personas observaban celosamente el ensayo de Bredow y Wilde, de alguna manera, verlos juntos en un escenario ya es histórico en el teatro nacional.
"Hay una química interesante entre Luis y yo. Nos gustó la idea de llevar a escena una obra de Mark Twain. Siempre deseamos hacer juntos una obra de teatro. Es la primera que trabajamos juntos como actores”, dice Wilde, quien es también fundadora y organizadora del Festival Internacional de Teatro de La Paz.
Los diarios de Adán y Eva es una adaptación de la obra del escritor estadounidense Mark Twain. Se presentará hoy, mañana y el domingo, a las 20:00, en el Nuna (calle 21 de Calacoto, 8509). Las entradas valen 40 bolivianos en gradería y 60 en mesa.
La idea de actuar juntos data desde hace varios años. Sin embargo, Wilde y Bredow comenzaron a montar y adaptar el relato de la obra hace más de dos meses. "Hemos tenido muy pocos ensayos porque teníamos que cumplir con otras actividades”, dice Wilde.
De rato en rato, mientras Wilde habla sobre la obra, Bredow no pierde el tiempo, se para y sube la escenario para arreglar uno de los paneles. Luego, observa a Wilde para ver su aprobación. "La conexión se da porque somos hombre y mujer”, sonríe Wilde, y agrega: "Se da porque, además, el texto es muy gratificante, te dice mucho de lo que son los hombres y las mujeres de este planeta”.
Pero, ¿cómo ve Bredow a Adán? El actor responde: "Interpretado al Adán de Mark Twain, no al personaje de bíblico al que no sabría encontrarle psicología. El Adán de la Biblia es un monigote, no tiene carácter. Mientras que Twain ha representado muy bien al varón y sus conflictos. Me cae muy bien este personaje literario, me reconozco en él, aunque es egoísta y poco sensible. El Adán de Twain es reconocible y es chistoso”.
Al escuchar la misma pregunta, pero sobre Eva, Wilde dice: "Twain es sagaz porque ha construido estos personajes basados en la observación, las reacciones y las palabras. Todo lo que dice Eva es muy ligado a todo lo que somos las hembras de la especie humana. El Adán es bastante tonto, hasta que despierta. Mientras que Eva es curiosa, más inteligente, más práctica, más pragmática y, por otro lado, es también dulce y tierna”, sonríe, y comenta: "Por supuesto que me identifico con Eva, sobre todo cuando digo que su inteligencia no la hizo él, sino Dios”. Al instante Bredow responde: "Yo me identifico con estas mujeres que se ocupan por cosas tontas, inútiles”. Y Wilde arremete: "El fuego no es tan inútil”.
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