Julio Gonzales, artista plástico, explica que los únicos espacios que existen en Sucre para exponer sus trabajos no permiten la venta de las obras de arte, y dado que este es un mecanismo que permite a los artistas vivir de su trabajo, esto afecta notablemente a la producción artística local.
La Casa Alzérreca, que depende de la Casa de la Libertad, y el salón de la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos en la Casa Municipal de la Cultura, son los únicos espacios que se prestan para exposiciones temporales de los artistas sucrenses. Al respecto, Gonzales explica que en la Casa de la Cultura la venta de obras ha sido observada como inadecuada en gestiones pasadas, y plantea, que esto tendría que analizarse mejor por parte de las autoridades.
“En la pintura se admite que existe una correlación evidente entre el nivel de educación y la frecuencia de las visitas a centros de exposición, el público en general manifiesta cierta apatía, lo que nos hace pensar que las exposiciones de arte parecen haber fracasado como medio para establecer una relación y una comunicación efectivas entre los artistas y el público”, afirma Analy Fuentes, artista plástica.
Frente a esta situación, los medios para vender obras de arte se desarrollan por canales informales, es decir por medio de redes personales, lo que inevitablemente limita la posibilidad de los artistas de ofrecer su trabajo a públicos más amplios.
Manuel Molina, artista plástico y propietario de la única galería de arte que existe en Sucre Art Galery, recalcó que el hecho de tener un espacio en el que constantemente se tiene las obras a disposición del público es una gran ventaja, no sólo para la venta de obras a consumidores nacionales, sino a extranjeros.
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