Luego de 20 años, desde que fuera capitalizada la Empresa Nacional de Ferrocarriles (1995), la vieja estación de trenes de La Paz reabre sus puertas ahora como un Centro Cultural Nacional, restaurada por el Gobierno.
En 1995, Enfe fue dividida en dos administradoras del servicio de trenes, una de ellas, la Empresa Ferroviaria Andina SA, pasó a la administración de la chilena Cruz Blanca, del grupo inversionista chileno Luksic; esto como una decisión de la política de capitalización de las empresas estratégicas durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
A partir de ese año, La Paz empezó a quedarse sin el servicio de ferrocarril que comprendía la Red Andina de Enfe y para ello se desmantelaron varios kilómetros de la línea férrea, que dejaron inutilizada la terminal ferroviaria inaugurada en 1930.
Cientos de trabajadores se quedaron sin fuentes laborales y la infraestructura de la exestación ferroviaria quedó en el olvido.
A través de la Empresa Estatal de Transporte por Cable Mi Teleférico y el Ministerio de Culturas, el Gobierno restauró la infraestructura y reabrió sus puertas, ahora como un Centro Cultural Nacional.
En sus salones se realizarán funciones de teatro, se promoverá la música y el arte. Además, se inauguró el Museo del Ferroviario, explicó el gerente de Mi Teleférico, César Dockweiler. El jueves se entregó la primera fase de la restauración de este edificio patrimonial.
Inversión. “Llegó la época nefasta, el proceso de capitalización, donde se entregaron los recursos, porque la capitalización iba a un abandono del edificio; desde 1995 no se generó más trabajo”, indicó Dockweiler en el acto.
El inmueble fue construido en 1930 por el arquitecto boliviano Julio Mariaca Pando. Según el libro Cien años de arquitectura paceña, la fachada se recubrió con piedra granito comanche, los marcos de puertas y ventanas se hicieron en madera, y sobre las cristaleras se colocaron rejas de hierro. Con ese material se hizo la estructura del andén, que se cubrió con calamina. Otra característica de este predio es la torre del reloj que divide simétricamente los dos cuerpos del edificio.
El primer trabajo que hizo Mi Teleférico fue encargar la recuperación de los salones, la fachada principal y el andén; para esto invirtió Bs 3.700.000. En la segunda fase, que incluirá la funcionalidad del Centro Cultural, se invertirán otros Bs 5.200.000, según adelantó el jueves Dockweiler.
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