Alex (padre) y Adrián Zapata (hijo) presentan una exposición en la que unen su pasión por el arte y su creación durante estos dos últimos años.
La muestra, denominada Zapata’s Own, se exhibe hasta el fin de semana en la Galería Blanco (Av. Montenegro, E10).
"Esta muestra para mí es un orgullo. Me alegra mucho que mi hijo haya intentado hacer su primera exposición. No es fácil, él es joven, tiene 18 años. Tiene su vida adelante, espero que nunca deje de descubrir y encontrar cosas nuevas”, comentó Álex.
Al ingresar a la galería se observa en las obras la diferencia de estilos entre padre e hijo.
"Tengo 14 cuadros. Dos obras fueron creadas el año pasado. Las demás son de este año, cuando empecé a trabajar en vivo. Presento tres autorretratos hechos a partir de espejos, no de fotografías, por eso es en vivo. Eso me ayudó a ver las cosas desde otra perspectiva”, explicó Adrián.
El joven artista agregó que también trabajó cuadros a base de fotografías, a éstos los denominó más experimentales y expresionistas.
"Juego con el diseño y los colores, me gusta descubrir cómo ciertos tonos afectan otros y veo la introspectiva del ser, de mi existencia para contar una historia”, agregó.
Álex, por su parte, presenta siete cuadros en formato grande. "En los años pasados experimenté con lo abstracto. Ahora vuelvo a lo realista”, afirmó el artista, quien fijó la vista en el cuadro en el que se ve a su hijo, y explicó que es un punto medio entre realista y abstracto, debido a la carga de la pintura.
"Destaco también la obra que se llama Frida, reina de los corazones rotos. Juego con la idea de un naipe de la reina de corazones, pero son rotos porque Frida tenía mucho amor y relaciones rotas”, comentó Zapata.
La primera parte de la muestra, realizada entre el 7 y el 20 de mayo, se llamaba Itchy Kitschy Ooh La La.
"El nombre viene de la canción If I Had A Tail, de Queens of the Stone Age, que comienza con esa frase. Es un nombre gracioso, Itchy Kitschy es mi estilo, más difícil de digerir. El trabajo de mi papá es más Ooh La La, más bello”, indicó Adrián.
Álex agregó que también era un juego de palabras, porque el verso original es Gitchy, gitchy Ooh La La y se incluyó la palabra kitsch, nombre de un estilo y estética de arte con el que alguna vez calificaron su obra.
"No me da vergüenza que me digan eso. Creo que si uno hace kitsch bueno está bien. El nombre demostraba que estamos cómodos con nuestro trabajo y con lo que dicen de él”, agregó Álex.
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