Otro de los grandes aportes de este Maestro al arte, es que ha llevado la música clásica a otros escenarios, conquistando nuevos públicos, algo que para él es muy importante ya que la “música sensibiliza al ser humano”.
A lo largo de su trayectoria artística ha dirigido memorables conciertos que van desde música clásica, musicales, conciertos fusión con grupos de rock como “Octavia” y coros inclusive como invitado especial en otros países.
De hecho, a principio de año viajó a Suiza para dirigir a la orquesta Lviv Virtuozy de Ucrania y a un coro integrado por suizos y bolivianos. Recientemente y por supuesto bajo la batuta de Guzmán, la Orquesta Filarmónica de Cochabamba presentó “175 años de Tchaikovsky” en El Portal y como en su inicio de temporada 2015 en Santa Cruz junto a la pianista Marianela Aparicio, fue un éxito.
OH!, conversó con el Maestro sobre su trayectoria artística, el arte que tanto lo apasiona y la temporada 2015 de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba.
OH!: Cuéntenos sobre el inicio de esta pasión
Comencé en el Instituto Eduardo Laredo, donde me fui apasionando cada vez más. Me gustaban distintos instrumentos y al principio tocaba piano. En primero medio justo se abrió Dirección Coral entonces entré a esa especialidad y terminé con esa mención en el Laredo. Tuve la suerte de ganar una beca en Rusia en el Conservatorio Tchaikowsky y comencé con la dirección, aunque el primer año me dediqué a la preparatoria del idioma y luego cuatro años en Dirección Coral y cinco años de Dirección de Orquesta. Así se hicieron un total de diez años de estudio.
OH!: ¿Cómo accedió a la beca en Rusia?
Don Franklin invitó al Embajador de Rusia a que conozca el Instituto y le hizo prometer cinco becas anuales pero ese año no salió la beca. El siguiente año uno desertó y así pude postular y ahí me salió a mí. Al llegar a Rusia me sorprendió que tenía que dar un examen y por ello tuve que prepararme por un mes, día y noche, y vencí el examen.
OH!: Es difícil vivir del arte en Bolivia ¿Por qué decide volver?
Al principio pensé que en Bolivia no había trabajo y pensé que sería como con todos los colegas que buscan otros lugares afuera para seguir una carrera artística, pero en mi última vacación vi que había mucho que hacer y el Instituto mejoró aún más pero aún había mucho que hacer, así que volví. Mis compañeros me preguntaban dónde vas a ir y les dije a Bolivia y me preguntaron ¿hay trabajo?, les dije que sí pero que no había dinero.
OH!: Cuéntenos sobre la creación de las Orquestas bajo su tutela.
Cuando regresé en 1997 inmediatamente empecé a trabajar en el Instituto Eduardo Laredo y estaba todavía Don Franklin Anaya Arce que me conminó las dos Orquestas la Infantil y Juvenil. Ahí integré a las cuerdas y vientos. Es decir, así comenzó la Orquesta Sinfónica del Laredo que cumple 18 años. Es la única Orquesta Juvenil estable con chicos de 14 a 17 años. También con ex alumnos la Camerata Concertante con la que se hizo grandes producciones y hemos tocado para películas y conciertos. Estaba auspiciada por la Fundación Schwimmer y así fue que pudimos ir difundiendo música. Con el tiempo creció la Camerata y en el 2007 se creó la Orquesta Filarmónica de Cochabamba que actualmente cuenta con 60 personas con diferentes instrumentos, todas las cuerdas, vientos, maderas y bronces y recientemente con la tuba que es el más grande de los vientos.
OH!: ¿Qué es para Usted el Instituto Eduardo Laredo?
Es mi alma mater, es donde se me inculcó el arte y la música y es un proyecto de lo mejor que se tiene en Bolivia en cuanto a educación que va más allá de lo que se tiene en otros países alrededor, pero podría ser mucho más y estamos apostando por aquello.
El nivel cada vez sube más y el cambio es notorio. Hace 15 años no existían Orquestas en Cochabamba y afortunadamente me tocó ser pionero en Orquestas, ya había una de cuerdas, una de cámara pero parece que la gente veía como una utopía el hecho de tener una Orquesta Sinfónica, pero se hizo realidad.
No es posible que un país tan grande y rico en talento tenga sola Orquesta, en otros países se tiene una orquesta en cada ciudad y varias en la capital.
La música sensibiliza al ser humano, la gente que está cerca al arte es más educadas, quieren vivir mejor, respetan las señalizaciones y cuidan su ciudad. Esto se ve en Europa y ahora ví eso cuando volví luego de tantos años, la gente quiere que su ciudad esté limpia, en orden. Me parece que el arte y lo han dicho autores “nos hace más sensibles”, por ello sigo aportando y apostando por el arte.
OH!: Es difícil vivir del arte en Bolivia ¿Cómo logra seguir adelante?
Si la verdad que no tenemos aporte del gobierno, pero siempre hago el intento porque creo que aunque la música parece efímera porque no queda algo palpable, cuando observo al público que incluso a veces no conoce la obras, puedo ser testigo de cómo se regocijan.
Este año la Orquesta Filarmónica cumple ocho años y aunque cada vez hay más ayuda, no es algo que pueda sostener a una Orquesta grande.
Además considero que es una pena que gente con talento esté fuera del país. Es una pena porque hay una fuga de talentos. Esperamos en un tiempo podamos recibir a nuestros profesionales y puedan vivir de este trabajo porque lo es, uno ensaya todos los días y aunque es muy grato, es duro se requiere ser constante.
En realidad todo el arte danza, actuación, pintura, etc., hacemos un trabajo duro y pese a que no hay ayuda seguimos. Es difícil vivir del arte y la música en Bolivia.
OH!: ¿Qué opina de la capacidad de apreciación de la música clásica en el público boliviano?
Cuando comenzamos con la Camerata nuestro público eran parientes (ríe), no pasaban de 40 personas, pero luego cuando hemos ido llegando a otros espacios como el Teatro Achá y el público comenzó a apreciar más, de hecho con el tiempo se superó la cantidad que podía entrar al Teatro, de 40 personas el 2008, luego ya no había capacidad cuando se presentaba la Orquesta Filarmónica porque pasaban las 1.500 personas.
OH!: ¿Es por esta razón que se animan a llevar la Orquesta a otros escenarios que no sea el Teatro Achá?
Si, la capacidad del Teatro ya no abastecía, así que se podría decir que hemos sido los primeros en este género musical en salir a otros escenarios como con el Centro de Eventos El Campo y ahora El Portal. Hemos logrado llevar la música a otros escenarios con aquellas empresas que tienen responsabilidad social.
Hay mucha gente que nunca ha visto una Orquesta en vivo, por ello es que hemos hecho grandes obras, algunas que ya se hicieron y otras que nunca, con el afán de ampliar el abanico de conocimiento para el público. Con el grupo de rock Octavia, por ejemplo, hicimos el 2011 una fusión muy interesante y que gustó mucho. La intención era llegar a otro público que le gusta ese tipo de música y que pueda escuchar también a la Orquesta.
De las más de mil personas que asistieron a ese concierto, que luego 20 se interesen en ver a la Orquesta ya es un logro.
OH!: ¿No tienen problemas con las condiciones acústicas en otros escenarios?
La verdad que en el mismo Teatro Achá se tiene que mejorar la acústica. Sabemos que es una iglesia adaptada. En el caso de los otros escenarios en los que nos presentamos tanto en principio en El Campo y ahora en El Portal, se cuenta con buena acústica, claro que no es la ideal. Necesitamos un buen teatro diseñado por expertos y para un público más grande. Tiene que ser gente especializada en diseño de teatros y se tiene que tomar en cuenta las medidas que ocupa una Orquesta que en este momento es de 17 metros de ancho por 12 de profundidad.
OH!: ¿Cuéntenos sobre el coro que dirigió en Suiza a principio de año?
Tuvimos una gira con tres coros suizos que cantaban dos obras de un compositor boliviano y nos mandaron las partituras para que nos acoplemos como coro. Era una obra coral con acompañamiento de instrumentos folklóricos andinos. Ellos quisieron traer este coro a Bolivia y el contacto fui yo, luego se acopló gente del coro de la acapela de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba e hicimos la gira que fue por medio país. Ellos prometieron llevarnos a Suiza y nos confirmaron que iban 22 personas. Se armó una obra europea muy exigente por ello los ensayos fueron muy rigurosos. Pudimos ir a principios de este año. Las presentaciones eran gratuitas en iglesias muy lindas, una barroca, otra contemporánea y la última gótica en Basilea. Escenarios bellísimos y la acústica incomparable. La verdad fue un éxito, la misma gente allá pensó que en días de semana no se tendría mucha gente pero al final todas las presentaciones estaban llenas con personas de pie. Fue una experiencia muy linda.
Para el próximo año está prevista la llegada nuevamente de los coros suizos y si todo sale bien, la Orquesta Filarmónica volvería a Suiza en un par de años, ojalá se puedan concretar este tipo de actividades.
OH!: ¿Qué no puede decir de las presentaciones de la temporada 2015 que ya se presentaron?
La primera actividad fue en marzo en Santa Cruz con un concierto para piano de Rajmáninov, con la pianista boliviana que ahora radica en esa ciudad, Marianela Aparicio, y también tocamos, ‘Scheherezade’ (de Rimsky-Kórsakov)”. El concierto se realizó en el salón más grande de la Fexpocruz y fue un éxito increíble porque se tuvo lleno total. Tuvimos que esperar ya en escena cerca de 30 minutos para que le gente termine de acomodarse y poder comenzar con el concierto que tuvo muy buena acogida.
El siguiente programa se presentó ahora en mayo en El Portal en Cochabamba, fue en honor al aniversario 175 del nacimiento de Tchaikovsky, por ello se preparó lo mejor de su obra, aunque casi todo lo que hizo Tchaikovsky es bueno. Pero para esta presentación se eligieron las obras más conocidas.
Tenemos programadas presentaciones hasta noviembre, es un trabajo duro pero gratificante.
Perfil
Augusto Guzmán Alvarado
Director Titular de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba. Realizó sus estudios superiores de Dirección coral y orquestal en el Conservatorio P.I. Tchaikowsky y la Academia Gnessins de Moscú - Rusia, graduándose con el título de Master of Fine Arts. Participó en cursos y clases magistrales de grandes personalidades del mundo de la música como Ilihja Mussin, Vasili Sinaisky, George Solti, Zubin Metha, entre otros. Dirigió la orquesta y coro del Bach Collegium Stuttgart en el III Festival Internacional de Música Europea, bajo la tutoría del Prof. Dr. Helmuth Rilling en Stuttgart, Alemania. Trabajó en el Teatro de Ópera Helicón de Moscú haciendo giras a Petersburgo, Kiev, Sarátov. Creó la Orquesta del Nuevo Mundo en Moscú, presentándose en auditorios de dicha capital.
Desde su retorno a Bolivia, su labor se ha visto reflejada en la creación de distintos elencos artísticos como la Orquesta Sinfónica Juvenil del Instituto Laredo (1997), la Camerata Concertante (1998) el coro de cámara Vox Temporis (2000), la Orquesta Filarmónica de Cochabamba (2007) y la Capella Filarmónica (2008).
Ha sido distinguido con la “Medalla al Mérito Artístico” otorgada por la Asociación Boliviana Pro Arte, declarado “Profesional Ilustre” por la Fundación para el Desarrollo Humano y reconocido con el “Mérito Cultural” conferido por la Brigada de Asambleístas Plurinacionales de Cochabamba.