Cantando las primeras estrofas de la cueca tarijeña “No pasa nada” del compositor Orlando Rojas, cuatro jóvenes con el torso desnudo y pantalón negro abordaron el escenario del auditorio de la Facultad de Derecho y provocaron aplausos y jaleos de los estudiantes que colmaron ayer por la mañana ese espacio de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho.
Ritmo
Empieza la canción: “En tantos poemas te dije / Cuanto te quise, cuanto te quiero / No obstante mi insistencia / No pasa nada, no pasa nada…” Y de pronto la voz se interrumpió para ante el reclamo de uno de ellos: “!Che, una fiesta sin minas no es una fiesta, es como un chairo sin chuño!”.
Entonces cambia de ritmo y de fondo se escuchan los sones de una salsa: “Mí ma’ no me llores lagrimita / que me siento una cosita que me acaba con el alma /dale a tu amor una carita que me siento desvalido que me perturba la calma…”. Y los chicos empiezan a bailar entre ellos y la canción continúa: “… No me llores, No me llores más/ no me llores, no me llores más / no quiero que me llores, que me digas papacito de mi alma /…eres mi vida…” De nuevo se detiene la música y los chicos sorprendidos de estar abrazados juntos, se sueltan con fuerza.
Así, de esta manera, entre divertida y descarnada el elenco de la compañía de danza contemporánea Vidanza planteó de entrada el argumento de la obra “Homo Sapiens” que desenvolvió escena a escena las actitudes, los comportamientos en los cuales se ve inmerso un hombre - o los hombres – en el momento en que se ven actuando como no deberían, de acuerdo a normas de conducta social aprehendidas.
La presentación también interpela de frente: Detenidos en el tiempo y el espacio, los actores quedan inmóviles mientras otro, que sale intempestivamente, recorre entre ellos, toca los cuerpos, acaricia el rostro de uno de ellos, lo que provocó las risas y exclamaciones del público para de pronto girar e interpelar a los jóvenes presentes: “¿Acaso no puedo acariciar a otro hombre sin considerarme maricón?, ¿Acaso no puedo decirle a otro hombre ‘te quiero’ sin que se me considere maricón?”.
Luego viene la parte de los chistes machistas en la que las alusiones despectivas a los órganos genitales entran en escena. Las recomendaciones para ser un hombre como “ponte en forma”, “usa tu cuerpo” y “jamás comparte tus mujeres” y que desemboca en un cuestionamiento plástico en el momento en que todos ellos empiezan a actuar como una manada de monos con una banana.
Entonces el ambiente se llena de un tema musical lento cuya letra: “Era alta, fea y linda / todo en contra y todo a favor / alta, fea y linda / Viento en contra y todos a estribor / No sé que vi /que nadie más vio / porque era alta, fea y linda / todo en contra y muy poco a favor”… Y los ya hombres convertidos en monos se enderezan, pero embobados y tragándose la banana.
Las voces de los actores se turnan para repetir uno a uno: “te prometo que no lo vuelvo a hacer”, “Eres la mujer de mi vida”, “por vos no juego fútbol los domingos… solo los domingos”. Las cosas que los hombres suelen repetir para no perder a una mujer.
El cuadro siguiente es surrealista. Un chico en posición fetal y dentro de una bolsa plástica que la va rompiendo poco a poco, para empezar a salir mientras que una voz recita: “Él era un chico bueno, era mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. ¿Cuál es su pecado? Ser hombre”.
Y suceden acciones de violencia hacia el cuerpo para finalizar con una pareja, sin importar los sexos, unidos por una soga y que, mientras uno trata de escapar, el otro siempre la estira hacia si, en un juego de tira y afloja eterno.
el
apunte
El elenco de la obra “Homo Sapiens”
Nombre del grupo:
Vidanza
Interpretación, coreografía y creación colectiva:
Juan Carlos Arévalo, José Luis Alcón, Amilcar Choque, Ramiro Alcón y Ronny Rojas.
Dirección artística:
Freddy Chipana (El Alto Teatro)
Asistentes de dirección:
María Elena Filomeno y Camila Bilbao la Vieja
Equipo docente:
Camila Bilbao la Vieja, María Elena Filomeno, Sylvia Fernández y Freddy Chipana.
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