Mondacca aseguró que la presentación responde a un interés particular que el actor conlleva del mítico escritor paceño Jaime Sáenz.
“Esta obra fue presentada el 16 de julio de 1998, pero se remonta a mucho antes, cuando conocí a Don Jaime (…). Sucede que me dediqué a ser un estudioso de su obra, parafraseaba sus textos, los dramatizaba, hice videos (‘Los habitantes de la ciudad’, Blanca Wiethüchter, ‘El olor de la vejez’, Marcos Loayza) y nace el ‘No le digas’ como un intento de ‘panorámica’ de todo lo que había experimentado”, aseveró el hombre de tablas.
El paralelismo que hay entre los títulos de este monólogo y la famosa cueca “No le digas”, compuesta por Willy Claure y ‘Jechu’ Durán, en la música, tomada de un texto del propio Saenz que se muestra en Felipe Delgado, responde –declaró Mondacca– a que es precisamente con esta cueca con la que hizo un juego de palabras (escrita al inicio de esta nota) que se acomodó perfectamente a lo que proyectaba antes de concebir la obra teatral. “Le pedí permiso a Willy Claure y él aceptó encantado”, dijo.
EL PORQUÉ
David Mondacca proviene del teatro clásico, teatro “serio” --por nombrarlo de alguna forma–; sin embargo, según comenta, le urgía tener en su público a su propia gente, la común y corriente y no la de élite. Fue cuando empezó a trabajar, dice, con artista de teatro popular. Pero tampoco quería que su obra se introduzca en lo popular, sino que se mantenga en una línea particular, que no sólo haga reír, sino que también despierte y cuestione.
“En la Carrera de Literatura Don Jaime dictaba su famoso Taller de Escritura Creativa, donde sus estudiantes, sobre todo mujeres, quedaban tremendamente fascinados por su sola presencia, en los años 63 – 64 (del siglo pasado) (…). Vi que en Saenz vida y obra eran lo mismo y a mí me sedujo esa cercanía. Descubrí entonces que la prosa saenziana tiene elementos tremendamente escénico y lo rescaté”, señaló Mondacca.
LO NACIONAL
El actor dijo también que cuando participaba en concursos internacionales se hablaba de teatro uruguayo, chileno, argentino, muy bien identificados, y que Bolivia no tenía un “teatro nacional” (que es distinto al popular), lo que le empujó más hacia Saenz. Fue desde sus interpretaciones de los textos del escritor que la crítica pudo hablar de un “teatro boliviano.”
“El público internacional capta perfectamente el libreto, a pesar de tener bastantes modismos paceños (…), con esto ayudamos a difundir la literatura boliviana, a rescatar lo nuestro. Estoy muy feliz por haber aportado con esto”.
“No le digas”, o “Los cuartos”, “Narciso Lima Achá” “El aparapita” (tres capítulos de Felipe Delgado) son las obras que David Mondacca rescata de la obra de “Don Jaime”. Sin embargo, anunció a este medio que prepara dos proyectos más con características literarias “saenzianas” para un futuro cercano.
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