La cifra del tesoro patrimonial que se encuentra fuera del país por distintas circunstancias, en su mayoría por robo, es incalculable no sólo monetariamente sino también por tratarse de sucesos de la historia de Bolivia. Una experta habla al respecto y afirma que en realidad se trata de al menos 40.000 piezas que están fuera y de las cuales ya se reabrió las investigaciones para que vuelvan a su lugar de origen.
La semana pasada, el hallazgo de dos pinturas coloniales bolivianas, Huida a Egipto; del siglo XVII, y Virgen de la Candelaria; del siglo XVIII, en poder de coleccionistas privados de Estados Unidos activó la búsqueda de otros 10 lienzos robados hace casi 13 años de un templo San Martín en Potosí
Una fuente en la unidad de Patrimonio, que prefirió mantener su identidad en reserva dijo que efectivamente estos rastrillajes de búsqueda volvieron a ser desarchivadas e incluso informó que son alrededor de 40.000 piezas patrimoniales las que están en otros países, pero que sin embargo, dicha unidad trabaja directamente con obras en casas patrimoniales, aclarando que se encargan sólo de lienzos, de los cuales por seguridad no quiso revelar cuántas obras están desaparecidas, pero adelantó que cada una está siendo investigada y tiene una denuncia en la Interpol.
“Tras el robo de las 12 obras en 2003 conjuntamente con el Ministerio de Culturas y distintos consulados se llevó a cabo las denuncia correspondientes y se puso en alerta a Interpol. Desde entonces se realiza un proceso de cuantificación de los bienes materiales y tenemos como robadas 17 sólo en lienzos, de las cuales se tiene algunos avances en la investigación”, explica la experta.
La principal falencia para que se lleven a cabo estas pérdidas, era la falta de seguridad en los templos, que en los últimos años se fue mejorando y ahora, en un noventa por ciento estas cuentan con cámaras de seguridad, control policial, alarmas, e incluso organización con las juntas vecinales y directiva de los respectivos pueblos para evitar que dueños de lo ajeno hagan de las suyas.
Por motivos de seguridad, la experta prefirió no decir en cuanto están valoradas dichas piezas en incluso cuántas obras sólo en lienzos son patrimonio resguardado, motivo por el cual tampoco se animó a decir si las piezas recuperadas volverán a dicho templo de donde fueron sustraídas o tendrán un nuevo destino.
Por el momento, la dirección de Patrimonio trabaja un registro de las piezas y continúa con la evaluación de la seguridad de los lugares que las resguardad.
Recordemos que las piezas serán devueltas voluntariamente y sin ningún costo monetario por Richard y Roberta Huber, importantes coleccionistas estadounidenses y quienes compraron los retratos de una galería de arte privada en San Pablo, Brasil.
Esta pareja no solo pagó por los cuadros sino que erogó un monto de dinero, que no fue revelado, para su restauración. La reparación fue encargada a dos conservadores estadounidenses de arte colonial andino del Museo de Brooklyn de Nueva York, la ciudad donde habitan.
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