En declaraciones a Efe, Salguero mostró su decepción con las declaraciones del director del Museo, Jakob Messerli, que ha denunciado que si se produce la salida en procesión de la estatuilla, prevista para el día 24, vulneraría el acuerdo suscrito con Bolivia.
Según Messerli ese acuerdo establecía que la figura, una talla de piedra de 16 centímetros de altura, con más de 2.000 años de antigüedad y que se cree que representa al "ekeko", deidad andina de la abundancia, debía permanecer en el Museo Nacional de Arqueología de La Paz.
Sus palabras, en opinión de la embajadora boliviana, demuestran un "desconocimiento muy grande de las culturas diversas" y también del significado de las deidades, que no sólo forman parte de un museo, sino que son "una cultura viva".
La exhibición pública de la figura respeta tanto la Constitución de Bolivia, como el código deontológico de los museos de la Unesco, recalcó Salguero, quien recordó que el propio acuerdo establece que el "ekeko" podría salir de La Paz para exposiciones temporales en Europa.
A su juicio, las críticas de Messerli suponen "una falta de respeto y una intromisión en la soberanía de Bolivia", capaz de garantizar la seguridad y la integridad de su patrimonio cultural.
Según la Unesco, cada museo es responsable de cuidar las piezas que posee y de determinar dónde se exhiben y el Museo Nacional de Arqueología de La Paz garantiza que la estatuilla no corre riesgos, por lo que instó a Messerli a "no subestimar la capacidad de un museo y de un estado soberano".
"Para él es un objeto de piedra que tiene 2.000 años y ya; para nosotros es también una deidad", insistió Salguero, tras recordar que muchos países, como España, sacan valiosas obras de arte en procesión y no son cuestionados.
La embajadora explicó que los informes presentados por cuatro expertos sobre la estatuilla no son coincidentes y criticó que se centre la atención en sólo uno, elaborado por el profesor Sergio Sánchez de la Universidad de Michigan (EEUU), que concluyó que la figura representa un personaje femenino y no tiene las rasgos del "dios de la prosperidad" o "ekeko".
"Todo son especulaciones. Se trata de una deidad y tiene un significado espiritual de mucha relevancia hasta el día de hoy", manifestó.
Salguero lamentó además que el director del Museo haya criticado a Bolivia en los medios, cuando el acuerdo entre ambas partes, que estuvieron negociando más de un año para cerrar la vuelta de la estatuilla, fue mantener siempre "un diálogo respetuoso por la vía diplomática".
La Embajada en Alemania y Suiza, con sede en Berlín, sigue inmersa en una tarea de investigación e identificación de las piezas de arte boliviano que pudieron ser objetivo de expolio en la época colonial.
En el Museo de Historia de Berna puede haber otras cuatro piezas, por lo que Salguero insistió en su disposición a seguir trabajando en el futuro con esa galería.
El pasado noviembre el presidente boliviano, Evo Morales, anunció la recuperación de la estatuilla prehispánica que se exponía en Berna y que había salido ilegalmente del país en 1858 y avanzó que se presentaría oficialmente el 24 de enero, cuando se celebra la fiesta de la Alasita.
Según los planes del Gobierno, la figura saldrá en procesión en La Paz, donde habrá varias paradas para que pueda ser venerada, y después será llevada de gira por otras ciudades del país.
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