Dice que es pintor porque es lo que mejor sabe hacer, que es un pintor multifacético, y un explorador de todo lo que es el arte. José Miguel Bayro Corrochano, cochabambino nacionalizado mexicano, está a punto de inaugurar una nueva exposición en la llajta, patrocinada por Los Tiempos, y no oculta su emoción de volver a su querida Cochabamba. Esta exposición es para él, el motivo perfecto para reencontrarse con quienes están pendientes de su trabajo, luego de diez años, “creo que tenía que presentar algo completo y significativo para que se vea la evolución de mi trabajo”, explica. La exposición le servirá para volver a un lugar fundamental en su vida, para volver a su gente. Desde hace un año que está llevando o mandando las piezas que la conforman para convertirla en una muestra imperdible que se podrá apreciar en el auditorio Demetrio Canelas (en el edificio de Los Tiempos), del 19 de diciembre al 2 de enero de 2015.
UNA RICA VIDA...
Las experiencias en la infancia y en la juventud de José Bayro han marcado su arte, y sus cuadros son resultado de todo lo que ha vivido, “he tenido una vida muy rica en experiencias y aventuras”, cuenta. Sus influencias artísticas se mezclan con las personales como se mezclan las pinceladas de sus cuadros, para él su hogar, su familia y la experiencia de vivir en un país como México, han sido definitivas para convertirlo en el artista que es hoy. Sobre todo su familia, quien siempre vio el arte como un asunto muy serio y no sólo como un hobby, tanto así que, aunque él considera que un pintor puede ser autodidacta, lo ideal es que tenga una formación profesional para que sea reconocido, “lo contrario serían muchos años de experimentar empíricamente...” dice.
LA FÓRMULA DE LA INSPIRACIÓN
¿En qué y cómo se inspira José Bayro? “En lo cotidiano y banal. Con una técnica depurada en 35 años con una carga muy formal del color que hace que a la gente le arranque una carcajada”, explica, y confiesa… “No puedo crear si no estoy tranquilo, bien comido y bien dormido.”
Humor aparte, para José Bayro el arte es algo que no tiene parangón, es su forma de vivir, y así quiere expresarlo, alejándose de un modelo común pero al mismo tiempo mostrando lo que está presente en un mundo para todos.
Eso sí, la fórmula para la inspiración es para él tan simple como trabajar. Trabajar constantemente. “Esa es la forma más eficaz de estar inspirado”, dice, a tiempo de aclarar que su arte no está hecho para entretener, sino para cuestionar y remover conciencias dormidas, “aquellas que se permiten ese lujo. Pero el artista no es responsable de hacer revoluciones y mover masas porque luego se le adjudican tareas muy serias por solamente ser artista. Que cada quien haga su trabajo y si tiene suerte de trascender, que se sienta afortunado”.
Bayro, que tiene más de tres décadas detrás del pincel apasionado por el óleo y los bronces, aconseja a quienes comienzan esta carrera que sean curiosos, que se formen, que no tengan miedo a nada, “y que se metan por la ventana a aquellos lugares donde no los invitan”.
EL ARTE A LA BOLIVIANA
Si bien vive en México hace mucho, Bayro nunca dejó sus raíces (que se mezclan también con las peruanas), pero para él el arte no nace de vivir en un lugar, es así que cree que si se hubiese quedado en Bolivia quizá habría tenido el mismo éxito que tiene hoy en México, aunque lo fundamental para ello haya sido nunca dejar de ver el mundo, de mirarlo y contemplarlo. “Vivir en Bolivia tiene sus ventajas, recordemos que Bolivia está detrás de las montañas y nadie la ve. Mejor, porque así no nos perturban”, vuelve a reír.
Su experiencia y conocimientos, como no a muchos, le permiten hacer un análisis de lo que le falta a Bolivia para cultivar aún más el gusto por el arte. Asegura que entre ello es necesario que quienes dirigen el aparato cultural del país se tomen en serio su trabajo, se eduquen en lo que hacen y para qué lo hacen, y que no se le dé importancia a la burocracia del arte.
Aconseja que los artistas no tomen como algo fundamental la opinión de aquellos que manejan el arte, porque no la es. En cuanto a la evolución del arte en Bolivia, Bayro dice que como sucede en todo lado, “vamos buscando algo que no sabemos que es”.
Perfil
JOSÉ MIGUEL BAYRO CARROCHANO
Cochabambino, nacionalizado mexicano, nació en 1960. Ha realizado decenas de exposiciones y ganado varios premios a lo largo de más de tres décadas de carrera. Su formación académica incluye:
1981-1985
Licenciatura en Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México
1989-1991
Maestría en Artes Visuales. Orientación Pintura. Academia de San Carlos. México
1983-1985
Escultura, Taller Mtra Adelaida Noriega
1998
Litografía, Taller Mtro. Raúl Socruco
1985-2007
Grabado. Taller de la Mtra. Carolina Musiño
2000
Serografía de gran formato, Mtro. Jean hendrix
2001
Cerámica, Talavera de Fernanda Gamboa.
2002-2005
Grabado, Taller Mtra. Nunik Sauret
2008
Diplomado Gestión Cultural. Universidad IBERO. Puebla.
2009
Diplomado Histori de la Filosofia U. IBERO P.
2010
Cerámica monumental. Mtro. Claudio, San Agustín Etla, Oaxaca
2011
Taller de postproducción e imagen. Mtra. Mariana Dellekamp, Museo Amparo Puebla.
Obras de el pintor José Miguel Bayro Corrochano:
Paletas en silla hechas a mano de nanche jiotilla y granada, técnica mixta (2014).
La Wallunka, óleo s/hoja de oro de 24 K (2014).
El Hombre Azul, concreto forrado en Talavera (2007).
Mtro. José Bayro C. en su última exposición en Puebla, Mexico (Nov 2014).
Los novios de San Agustín Etla, grabado (2012).
El cajón del Artesano, concreto forrado en Talavera (2010).
Brincos del Tiempo, bronce con plateado (2014).
Mujer que consume, óleo s/lino (2013).
Lavaba ajeno, óleo s/latón (2013).
Pacientemente, óleo s/lino (2013).
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