viernes, 12 de diciembre de 2014

Jorge Imaná dejó su obra en Bolivia, Perú y Estados Unidos

"Estoy muy satisfecho de lo que me ha tocado vivir y ahora quiero morir tranquilo”. De esa forma el pintor y muralista Jorge Imaná se despidió –semanas antes de partir– de su hermano menor y compañero Gil Imaná.
Y así fue. El viernes 5 de diciembre, el pintor falleció en su casa con ventanas frente al mar, en California, Estados Unidos. "A los cinco minutos me he enterado de la muerte de mi hermano. He llorado su partida porque era un hombre noble, generoso y talentoso. Hemos sido dos hermanos del alma. Siempre estábamos comunicados”, contó Gil Imaná.
Jorge nació en 1930, en Sucre. Fue pintor y muralista. Estudió Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes Zacarías Benavides de Sucre. "Fue el mejor alumno. Tenía una impresionante rapidez para pintar grandes acuarelas”, acotó.
Pasó clases con el entonces maestro Juan Rimsa, en Sucre. Fue miembro del grupo Anteo y realizó varios cursos en el exterior. Aprendió técnicas como el acrílico y el óleo. "Fue un acuarelista de toda la vida. Desde los 10 años, pintaba en las calles y en las paredes de las casas antiguas”, sostuvo su hermano.
Una parte de su carrera la dedicó a pintar murales. Plasmó sus obras en el colegio Padilla de Sucre y en el Sindicato de Construcción Civil, en Lima. "Pintó un mural sobre la historia de San Diego, en Estados Unidos. Por ese trabajo, el entonces gobernador Ronald Reagan le entregó un reconocimiento, en el bicentenario de esa ciudad”, dijo Gil.
Otra de las grandes pasiones de Jorge fue explorar el mundo. "Le encantaba viajar. Al principio no podía porque era muy costoso, pero a medida que fue creciendo en pintura, en fama y conocimiento se dedicó a viajar”, contó su hermano.
El muralista, junto a su esposa, realizó más de 50 cruceros por todo el mundo. Visitó más de 130 países. Sin embargo, nunca se olvidó de Bolivia y de su hermano. La última vez que llegó al país fue en enero y febrero de este año.
Los dos hermanos recibieron un homenaje por su aporte a la cultura por parte del municipio de La Paz. "La obra de él y la mía fueron incorporadas al salón de artistas bolivianos notables”, recordó Gil.
Tras esa visita, Jorge prometió regresar al país en septiembre, pero a pesar de comprar los pasajes no pudo volver por problemas de salud. "Tenía cáncer, ya no podía venir a Bolivia”, sostuvo su hermano Gil Imaná.

Reconocimientos
Premios Ganó el Premio Municipal de Sucre en 1948, el Salón de Acuarelistas de Lima en 1960, el Primer Premio del Salón Pedro Domingo Murillo el 4 de abril de La Paz en 1962, el Premio Sociedad Nacional de Bellas Artes de Lima, Perú.
Muestras Expuso en Bolivia, Perú y Estados Unidos.
Galardones Junto a su hermano, fue condecorado con la orden del Gran Mariscal de Ayacucho (2006) y con la medalla Juan Frías de Herrán de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca (2014).

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