La Muestra compuesta por más de una decena de instalaciones se denomina “Cruces”, porque manifiesta un entrecruzamiento de unos asuntos con otros por hibridaciones y contaminaciones entre la obra de los tres creadores y el teórico; y como signo y símbolo (también de ese entrecruzamiento que supone el arte colonial andino), así como para los europeos tiene un significado y para los americanos otro, pero aquí, en la América colonial, cada uno leía el signo de una manera diferente, y para todos tenía un significado “religioso”. Si para los españoles era el símbolo y signo de la salvación, para los indígenas era la Cruz del Sur, una cosmogonía asociada al ñandú.
Frente a una situación constatablemente histórica donde unas culturas se han instalado e implantado sobre otras, a menudo socavándolas hasta hacerlas, casi, desparecer, la “cultura líquida” aboga y analiza las posibilidades –y realidades–de un momento en que esto, en virtud de una globalización no siempre bien entendida, ya no tiene cabida ni posibilidades de existencia.
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