Fierros retorcidos, verjas, restos de avisos publicitarios, pequeños kioskos y otros materiales recogidos de dos rellenos sanitarios que se hallaban esparcidos en un área cercada de la plaza mayor de San Francisco fueron utilizados por el grupo de artistas. Una vez concluidas las obras, serán emplazadas en distintas apachetas de la ciudad.
Vestida con un amplio overol, guantes y el casco que evitará posibles accidentes con la soldadura, Jacqueline Mamani es una de las pocas mujeres que se apresta a cumplir un verdadero desafío en su carrera artística. “Trabajar con la chatarra no es difícil, pesado sí, pero no imposible. La ventaja de este reto -dijo- es que las mujeres somos más creativas y detallistas, nos gusta detenernos en pequeños aspectos que pueden hacer la gran diferencia en una obra escultórica”.
La actividad forma parte del III Encuentro de escultores denominado “Pacharte” organizado por la Oficialía Mayor de Culturas. Su titular, Walter Gómez, dijo que uno de los objetivos es proteger el medio ambiente a través de reciclado de materiales en desuso. “La reutilización evita mayores daños a la tierra y, en este caso, permitirá darle un fin decorativo a los espacios destinados a determinadas ritualidades”, agregó.
Jacqueline Mamani, Donato Fernández, Raúl Choque, Rodrigo Campos, Andrés Velasco, Álvaro Espinoza, Freddy Mamani, Carmen Mamani, Alfredo Quispe, José Luis Mamani y Adalid Mamani, egresados de la carrera de Artes de la UMSA y la UPEA, además de la Academia de Bellas Artes “Hernando Siles”, fueron seleccionados para realizar este trabajo, tras la evaluación de sus propuestas que tomaron en cuenta la significación ritual, la cosmovisión andina, el sentido utilitario y la calidad estética.
Durante cinco días cortarán, soldarán y lijarán la tonelada de chatarra y al cabo de una semana entregarán las esculturas superiores a dos metros de altura inspiradas en wakas y apachetas de la cosmovisión andina (entendidas éstas como las figuras de la Pachamama, el yatiri, la chakana, el sapo y la ofrenda.
El Pecharte ha generado encuentros entre la población y los artistas, haciendo cada vez más estrecha la brecha entre unos y otros. En este sentido este año se ha decidido rescatar del imaginario paceño a los personajes más representativos del municipio y la vez en la misma escultura reforzar otros imaginarios relacionados con otras artes (cabe destacar que los objetos de las esculturas tienen que ser pensados para que se lleven y se repongan en el tiempo.
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