Bailar en Los Ángeles, EEUU, es su nuevo objetivo. María del Rosario Avilés es un ejemplo de que trabajando duro se pueden lograr los sueños. El de esta tarijeña de 22 años es vivir de la danza y está cerca de lograrlo, aunque no fue una tarea simple. Tras años de trabajo duro y de algunas audiciones, la acreditada Trio Talent Agency quiere representarla como bailarina profesional, pero primero debe conseguir su visa como artista. El primer paso para un visado laboral es haber aportado con su profesión en su país. Y Minina la boliviana ha decidido lograrlo con una gira por Colombia, Bolivia y Argentina, donde enseña street jazz y stiletto dance mientras tramita sus documentos.
Una vida paso a paso
Todo comenzó a sus 16 años, mientras estaba de intercambio en Francia. Al subir al escenario en la presentación final de un curso de Raga dancehall (música popular jamaicana) al que fue invitada, tuvo la revelación que eso sería lo haría por el resto de su vida. Su madre se opuso, pero ‘Minina’ no lo permitió y viajó a Nueva York con la excusa de estudiar Diseño de Interiores. Estudió un semestre y tras muchas discusiones, su mamá aceptó el baile. Los primeros seis meses fueron los más complejos; no conocía a nadie y los otros alumnos habían estudiado baile por años. Por un momento dudó, pero no se rindió y trabajó más duro. Se convirtió en discípula de Mishay Petronelli y Dana Foglia, famosas coreógrafas. Estudió en el Broadway Dance Center, en la Pushing Progress Company y en Peridance Certificate Program.
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