Ha pasado medio siglo desde la introducción de esa técnica en el muralismo, por lo que hoy, en ocasión de la clausura de la XXVIII Reunión Anual de Etnología (RAE), el Museo de Etnografía y Folklore rendirá un homenaje a los precursores de ese nuevo arte en el país: Imaná, Córdova y el no menos importante artista cruceño, Lorgio Vaca. Todos integrantes del Grupo Anteo. Aunque sólo el primero estará presente, los tres merecen igual reconocimiento por su aporte al arte boliviano.
Complemento. Se casaron el 4 de abril de 1964. "Con este año hubiéramos tenido nuestras Bodas de Oro, pero ella se adelantó un poco", dice, habida cuenta de que Inés Córdova falleció en 2010.
Cuatro meses después de su boda, el proyecto del primer mural de ese tipo en Bolivia fue la perfecta luna de miel, ya que fusionó la especialidad de ambos artistas: la pintura y la cerámica.
"Lo que debía estar en el mural eran la vida y la ciencia", asegura el artista chuquisaqueño, quien a sus 81 años mantiene la memoria intacta. "¿Y si los hacemos en cerámica? Yo me ocupo de la técnica, tú del resto" fue la consulta de Inés Córdova para realizar el proyecto, que tras un año y medio de trabajo derivó en tres murales que cubren una superficie de más de 50 metros cudrados.
Uno es "Tierra y Vida", representadas por la célula y la vida que da diferentes formas de riqueza. "La vida de los dinosaurios, que una vez muertos dan origen al petróleo, al gas, que son riquezas que hoy por hoy son el primer ingreso que tenemos en el país".
Otro es "Técnica y Espacio", que tiene como inicio al átomo. En ese mural ambos artistas plasmaron algo que imaginaron: unos cráteres. "Quién creyera, unos años después publican las primeras fotos del lado oculto de la luna, que nunca nadie había visto y era muy parecido a la imaginación que tuvimos en ese mural".
En el tercero, de la entrada, está ahora la "Marcha de los universitarios". En los proyectos habían campesinos, madres y jóvenes, pero el "nuevo orden" como se llamaba al Gobierno de Barrientos, demandó "no indios, no cholas. Rehaga el proyecto". Llegaron a la conclusión de que quien estudia es el que está a la vanguardia del país y así lo plasmaron en el trabajo.
El proceso, con los materiales, fue una historia aparte. Desde planificar cuánto se requería de arcilla, conseguirla en el río de Següencoma, preparar la pasta, cocinarla, hornearla y formar las piezas, hasta olvidarse de amigos, parientes y fiestas. Todo por trabajar. Casi hasta ser una parte del mural. "Ese trabajo fue el más duro, pero el tener cada uno de los murales terminado y contemplarlos, tomados de la mano nos, llenaba de una satisfacción grande".
Hoy, la vista de Gil Imaná se ha ido poco a poco, pero en la transparencia de sus ojos al relatar su historia, cual poeta traslada a quien lo oye por los parajes de la historia misma del arte boliviano contemporáneo. De aquel fecundo proceso de creación.
Más obras en el país. Al mural mencionado se suman otros dos realizados en la técnica de la cerámica. Un segundo, que actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Arte (MNA), cuyo título es Pachamama; y el tercero, calificado como la "obra mayor" de Inés Córdova y Gil Imaná, ya que les llevó más tiempo en su trabajo, tres años. El mural de la Mutual La Primera, cuyo nombre es "Tránsito en el tiempo" y cuya primera idea no fue aceptada. "En la convocatoria decía que debía ser la representación de las viviendas populares, pero en ese tiempo el indio siempre era el que estorbaba y para mi el indio era la vanguardia". Así, finalmente optó por representar a la familia en esa obra. Con pena ratifica que actualmente está prohibido fotografiarla sin orden del Gerente de esa empresa.
Lorgio Vaca, asimismo, realizó entre 1970 y 1971, "La gesta del oriente boliviano", de 240 metros cuadrados, en el parque El Arenal de Santa Cruz de la Sierra. El trabajo se encuentra en proceso de restauración.
38 obras de Gil y Jorge Imaná se expondrán en el Museo Charcas de Sucre, el 28 de este mes.
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