Han pasado 20 años desde que Erika Ewel expuso por primera vez como artista “oficial”. Dos décadas que hoy la encuentran madura, plena, llena de nuevas ideas y de próximos proyectos, con una galería desde la que sabe que puede conquistar a nuevos seguidores y afianzar a los que ya la siguen y conocen su obra.
20 años ha cumplido de carrera artística Erika Ewel, pero sigue siendo la misma mujer sencilla, accesible, sin ínfulas ni aires de grandeza, aunque hoy es un referente en el arte boliviano. En la galería de arte “Blanco” tuvimos esta conversación en la que nos cuenta de sus proyectos, su forma de trabajo y su forma de ver la vida a través del arte.
OH!: Cuándo coordinamos esta entrevista me dijo “septiembre es mío”, ¿Por qué?
Este espacio lo hemos alquilado con Roxana Hartmann y Keiko Gonzáles y lo hemos reacondicionado para que sea un espacio de exposición y nos hemos puesto de acuerdo entre los socios para ver qué meses exponemos. A mí me toca septiembre. En la primera semana voy a presentar la serie de instalaciones que presenté en mayo en el Espacio Patiño en Santa Cruz, instalaciones que vienen desde el 2000, y lo interesante es que pese al tiempo que ha pasado, al verlas todas juntas es evidente que tienen una coherencia, se comunican, por lo que he decidido volverlas a presentar. Aunque ya las he presentado, nunca las he expuesto juntas. La segunda semana voy a presentar los óleos nuevos que estoy haciendo, con encajes y con el bordado que he retomado, la tercera semana, Silvia Velarde, Sybah, va a hacer una intervención sonora, vamos a meter sonido a mis cuadros y la cuarta semana voy a presentar una exposición de los alumnos de mi taller, muchos de ellos que trabajan conmigo desde hace cuatro años.
OH!: ¿Puede decirse entonces que es una retrospectiva de su trabajo?
No, porque hay piezas que me hubiera encantado incluir, pero que están en colecciones particulares, sin embargo hay piezas muy interesantes.
OH!: Si tuviera que hacer una autocrítica, ¿qué diría de Erika Ewel?
En relación a la pintura tengo conflictos con trabajar formatos muy grandes, me pierdo, mi obra se lee mejor en formato mediano o pequeño, imagino que es por la técnica, soy muy cuidadosa, muy detallista. Trabajo muchas obras al mismo tiempo porque si no me estreso muchísimo, sin embargo cuando pongo cuatro o cinco bases, voy rotando entre ellas y me es más ligero, trabajo también en series, pero me aburren, es por eso que a veces una serie es completamente diferente a la siguiente.
OH!: ¿Es eso negativo?
Negativo a nivel comercial, a nivel galerías internacionales, a ellos lo que les interesa es una obra constante y mientras más lineal mucho mejor, en cambio a mí se me ocurre hacer foto y olvido la pintura, y luego quiero hacer instalaciones, que a veces no se venden pero que sí me han dado muchas satisfacciones a nivel currículum y a nivel bienales, pero no me dan de comer.
OH!: Al respecto, ¿ha logrado en estos 20 años poder comer de su arte?
Sí, puedo decir que sí. Y bien.
OH!: ¿Hay muchos coleccionistas de arte en Bolivia?
Es recurrente la gente que me compra, el que tiene una de mis obras, tiene más de una, y generalmente son mujeres las que las compran, imagino que mi obra es más gusto de mujer.
OH!: ¿La piensa así?
No. Es más, las veces que he pensado en hacer una obra para venderla, pues no se vende, así que es mejor trabajar lo que quiera y ahí sí sale.
OH!: Me dice que trabaja en serie, pero siendo que cada cuadro tiene una magnitud especial y diferente, ¿Cómo puede trabajar en serie?
Cada obra tiene su individualidad, aunque haya sido trabajada en serie.
OH!: 20 años, ¿se imaginó llegar a cumplir dos décadas como artista?
Para nada, es más, los primeros cinco años iba a desistir e iba a entrar a diseño gráfico. En la época en que yo he estudiado no existían las residencias que hoy están muy de moda, así que decidí irme a hacer una especialidad en diseño en España, y cuando recibí la carta de aceptación decidí que no. En realidad lo que yo quería era salir del país; es lo que sucede cuando eres joven, quieres ver y experimentar, así que al rechazar el tema de diseño decidí continuar con el arte y en eso salió México, obtuve una beca en la academia de San Carlos que es parte de la UNAM, y allí terminé y decidí meterme de cabeza al arte. He tenido una carrera satisfactoria, que al principio encajaba muy bien a las bienales que estaban en ese momento, como que fui a muchas de ellas.
OH!: ¿Pensaba su obra para encajar en ellas?
No, para nada.
OH!: ¿Alguna vez pensó su obra para encajar en algo particular?
Las veces que lo he pensado, no me ha salido. El 2007 ha sido la última bienal en la que he participado y la verdad es que ya no me interesan. Tengo producción pictórica que es lo que me interesa mover, y que es de lo que vivo, paralelamente hago foto, libros-objeto, y si se mueve eso bien, si no, no pasa nada. Y además tengo tiempo para largo, tengo mil ideas que quiero hacer, es más, a medida que voy envejeciendo quiero ser más artesanal todavía, quiero hacer grabado, costura, cuánto más manual mejor, cero intelectualidad porque también hay mucho de eso en el arte contemporáneo y en este momento no me interesa.
OH!: ¿Cómo es el proceso de su trabajo?
Hay piezas que pienso mucho, tengo unos cuadernitos en los que escribo bastante, y en otras me desenchufo, leo mucho y me gusta mucho la novela negra, aunque sé que no se refleja en mi obra. Las obras van saliendo, y en lo que más pienso es en la factura, en la técnica, y de pronto me doy cuenta que salen flores por ejemplo aunque piense que no hay nada más cursi que las flores, pero no puedo pelear contra ello. Es lo que me sale en este momento.
OH!: Haciendo una retrospectiva de los 20 años de su carrera, ¿qué ha sido lo difícil, lo negativo?
Lo difícil han sido los tiempos en los que no tenía energía y estaba con las dos hijas muy chicas, hoy ya tienen 13 Sofía y 11 Leticia así que estoy mucho más relajada-
Cuando esperaba a la mayor pude trabajar, pero lo crítico fue cuando las dos eran pequeñas al ser tan seguidas, producía pero muy poco y con mucho esfuerzo, pero después de esa etapa en general creo que hay una secuencia, y hay mucha obra, hay mucha coherencia en ella.
OH!: ¿Puede manejar sus frustraciones a través de su arte?
Sí. Necesito trabajar. Hay tiempos en los que no trabajo y empiezo a ponerme de malhumor: necesito de mi arte. Creo que tengo una buena vida y una buena vibra, hay muchas exposiciones por ejemplo que se basan en el arte político, pero nunca he podido hacerlo. El arte político que he intentado me ha salido muy estético porque me preocupa mucho la estética y tal vez es que me interesa más lo cotidiano, la historia personal de cada uno, el pequeño detalle en las cosas simples.
"Hay tiempos en los que no trabajo y empiezo a ponerme de mal humor, necesito de mi arte"
Perfil
ERIKA EWEL
Comenzó sus primeras pinceladas en el taller de Roberto Válcarcel. Nacida en Santa Cruz, en 1970 vive y trabaja en La Paz desde hace muchos años. Estudió Bellas Artes en la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil. Obtuvo una maestría en pintura en la Academia de San Carlos de México. Representó varias veces a Bolivia en bienales internacionales de arte y ahora está trabajando su catálogo de obras desde 2009 a 2014. Expondrá diferentes aspectos de su arte todo el mes de septiembre en la galería de arte “Blanco”, en la calle Gabriel René Moreno (al lado tienda Benetton), San Miguel, La Paz.
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