Pues bien veamos algunos consejos para tomar mejores fotografías de cumpleaños evitando los fallos técnicos que puedan arruinar nuestras imágenes.
Revise el equipo.- Es un consejo que se aplica para todas las ocasiones en las que queramos hacer fotografías: Tener el equipo en buenas condiciones es una prioridad y para ello deberemos comprobarlo antes de salir de casa. Habrá que verificar que las baterías estén cargadas, las tarjetas de memoria, vacías y los objetivos, limpios. Si el cumpleaños se celebra en una casa y, por lo tanto en condiciones de poca luz, puede ser muy útil llevar además un trípode y un flash.
Ajuste el balance de blancos.- Es muy diferente disparar en exterior o en interior. Cuando no tenemos bien configurado el balance de blancos, las fotos pueden salir demasiado azules o anaranjadas. Para evitarlo, ajustemos en balance de blancos acorde a la estancia donde se va a desarrollar el cumpleaños. Podremos elegir entre los balances de blancos predeterminados de nuestra cámara o ajustarlo manualmente. Si disparamos en formato RAW esto no será un problema ya que podremos editarlo a posteriori.
Tome la perspectiva de un niño.- El error que se suele cometer haciendo las fotos de este tipo de eventos es que se tiende a hacer las fotos desde la perspectiva de un adulto. Sin embargo, las fotos de niños quedan mucho mejor si hacemos el esfuerzo de ponernos en cuclillas e intentamos capturar a los niños a la altura de sus ojos. El resultado que obtendremos será mucho más atractivo y original. Recuerde que lo que más importa es intentar no sacar siempre fotos desde la misma posición para que no sean repetitivas, así, intentaremos jugar con diferentes posiciones, desde tirados por el suelo, hasta subidos en una silla y adoptando encuadres torcidos que le darán un toque creativo a nuestras capturas.
Tener un manejo rápido de la cámara que estemos utilizando es muy importante en este tipo de celebraciones en las que ocurren momentos irrepetibles. También tendremos que jugar con diferentes distancias focales y de forma rápida para captar cada momento desde diferentes perspectivas. Para ello utilizaremos focales cortas para captar el ambiente y largas para centrarnos en los detalles, jugando también con el desenfoque.
Maneje el flash adecuadamente.- Si disponemos de un flash externo (lo que es muy recomendable), debemos evitar que apunte directamente a la cara de los niños que estamos fotografiando. Corremos el riesgo de que sus rasgos salgan demasiados endurecidos y de que la foto pueda salir sobre-expuesta y, por lo tanto, que en algunos lados no se disponga de información para poder arreglarla después, en la edición. Un buen consejo es hacer que el flash rebote sobre el techo o una pared cercana para conseguir un efecto de iluminación más equilibrada.
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