"Este Museo se ha centrado en los visitantes, en promover su participación”, manifestó Ríos, quien dejó la carrera de Derecho por el llamado del arte. Teatrista, hace 24 años trabaja en museos. Por eso no dudó cuando, hace tres, le propusieron hacerse cargo del espacio para niños que abrió la Alcaldía conservando el legado del museo Kusillo.
En seis plantas el Pipiripi organiza espacios interactivos. Sonidos de la selva invitan al recorrido por el primer nivel: Es El Bosque con árboles y animales hechos de papel periódico. Sobresalen tortugas, serpientes y dos sauces que cargan en sus hojas los pensamientos sobre la naturaleza que dejó cada visitante.
Aledaño se encuentra El Mercado. Balanzas para pesar, chiwiñas, frutas de papel y trapos llenan el lugar. En El Teatro, el visitante puede participar activamente en las obras vistiendo trajes antiguos y aprendiendo sobre historia nacional.
"Cualquiera que visite este lugar lo primero que hará es apropiarse de los seis niveles que lo componen, debido a que es un espacio donde se aprende a descubrir cómo nos vemos los paceños” explica Ríos y enumera los otros niveles: gestas paceñas, escritores, juegos tradicionales, naturaleza, y robótica.
En el Pipiripi trabajan alrededor de 30 instructores. Valeria Paredes es la dinamizadora más antigua; hace tres años enseña en talleres de pintura, arcilla y reciclaje. "Yo les enseño cada semana a unas 200 personas lo que quieran aprender. Aquí les damos material comunitario”, dice.
"Me enseñan lo que quiero y estoy cerca de mi nieta”, comentó Lourdes Bellido, de 61 años, que visita el Pipiripi junto a Abril, de siete. Cuenta que no sabía tejer y que ahora está aprendiendo, gracias a las dinamizadoras.
En el nivel de robótica el visitante puede manejar un brazo mecánico o accionar un autito mediante una aplicación de celular. El espacio tiene acceso a wifi.
"Yo usaría este robot para prender la televisión y para dibujar”, asegura Franz Gutiérrez. A sus siete años no necesitó de ninguna ayuda para manejar el brazo mecánico.
Mientras Franz disfruta la tecnología, Jorge, Manuel y su padre Luis Lanza, juegan en la Plaza de las Tradiciones con una pelota de trapo. Allí hay trompos, aros, tunkuña, latas-zancos y otros juegos de antaño.
"La principal característica del Pipiripi es que no es exclusivo para los niños, sino para toda la familia. El 42% de los visitantes son familias completas”, afirma Ríos y mirando el espacio repleto de grandes y chicos que comprueban en cada espacio que el aprendizajes es un juego: "Por eso este es el mejor trabajo de la ciudad”, recalca.
Espacio interactivo
Visitas El 14 de julio, día de su aniversario, el Pipiripi recibió la visita de 2.035 personas. El feriado del16 de julio se dieron cita 1.800 personas.
Visitante de Oro Cada año se entrega este premio. Este año se premió al Visitante de Oro número 460.000, el número de visitas que se consiguió en estos tres años.
Medidas de seguridad Debido a la gran afluencia de visitas que recibe el museo, éste cuenta con estrictas medidas de seguridad. En tan sólo tres minutos se encuentra a cualquier "papá perdido”.
Entrada La entrada general para adultos y niños es de 3 bolivianos . El museo depende del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.
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