El resultado del primer Encuentro y Muestra Internacional de Grafiti Can Control -organizado por el grupo 4RIAL- está a la vista. Sólo es necesario poner atención al pasar por la avenida Libertador, carril de bajada, a una cuadra de la Gruta de Lourdes.
Parece un cementerio de autos, pero en realidad las antigüedades que se guardan en el lugar están esperando ser restauradas por Ernesto Bolívar, un reconocido rescatador de tesoros de cuatro ruedas.
"La idea la tenemos desde hace 10 años con el grupo de grafiteros ON Crew, pero encontrar el lugar donde hacerlo era muy complicado por el estereotipo que se tiene del grafiti y los permisos municipales. Hace tiempo hablamos con el dueño del lugar y estuvo de acuerdo en que lo hagamos”, manifiesta uno de los organizadores, Douglas Oros.
En el evento Can Control, que se realizó el 11 de julio, mostró grafiti sobre otros lienzos como puertas de garaje. El objetivo principal fue que alrededor de 12 artistas bolivianos dedicados al grafiti, como Dems, Jodido Diego, Mat 21, entre otros, compartan e intercambien experiencias con sus pares de Perú (Mono Wild, Onaser, El Napel) y Chile (Saile).
Alrededor de 500 personas asistieron entre las 19:00 y 3:00 el día del evento y dos días después cuando se abrieron las puertas del lugar a pedido de varias personas.
Aerosol y antigüedades
Gran parte de su interior ha sido devorado por el descuido del tiempo. Su presente oxidado está distante del pasado en que estos automóviles fueron protagonistas de historias familiares, viajes y recorridos citadinos a inicios y mediados del siglo XX.
"El automóvil más antiguo que pintaron data de 1926. Algunos de los vehículos continúan así y a otros ya les estamos sacando la pintura para venderlos (...)”, detalla Bolívar.
El restaurador comenta que fue un acierto hacer el evento con automóviles antiguos y que ha recibido ofertas de personas que desean adquirirlos tal y como quedaron después de la "intervención grafitera”.
Ojos, dientes, letras, nombres, rostros y formas plasmadas en los más diversos colores dieron una apariencia completamente diferentes a 15 "vejestorias” carrocerías que restauradas son verdaderas gemas.
"Los automóviles fueron los lienzos, algo diferente de lo que hacemos en las calles. A eso le sumamos poder invitar a otros compañeros del grafiti que llegaron de otros países”, comenta Dems, otro de los organizadores.
Para Oros, también se trata de mostrarle a las personas y la ciudad que el grafiti no es hacer "garabatos”, sino de plasmar una expresión que une técnica, color, composición de imagen y a nivel tipográfico, aunque admite que existen muchos artistas a quienes no les interesa ser reconocidos.
Y es cierto, las críticas sobre su pintura en las paredes paceñas, bolivianas y en las ciudades del mundo los convierten muchas veces en personajes no gratos por sus intervenciones en el ornato público y privado.
Por ello, muchos deciden permanecer en el anonimato, pero no desaparecer para mostrar que el grafiti es versátil y capaz de ofrece otras perspectivas y adueñarse de otros espacios.
Otros, por su parte, lo hacen simplemente porque es una oportunidad para pintar sin sentirse perseguidos.
El evento contó con una proyección fotográfica y se desarrolló en el marco de una fiesta en la que se presentaron DJ como Ricko, Tewa, Villa Victoria Sound System, Bizzy B, entre otros.
Inicialmente se tiene previsto hacer dos eventos Can Control por año donde el grafiti se encuentre con otras expresiones urbanas como el bodypainting, pintura corporal.
Para Bolívar, el rescatador de automóviles, fue una oportunidad para observar a sus futuros proyectos convertidos en lienzos y algo más que vehículos para restaurar.
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