Gustavo Lara Tórrez nació en Huanuni-Oruro, el año 1934, interesándose junto a su hermano Raúl por las artes plásticas desde temprana edad; estudió arte en la ciudad de Oruro, pero residió en Argentina entre 1955 a 1977, dejando un gran legado de obras en este país.
Entre sus obras más notables se encuentra la escultura de bronce de la heroína Juana Azurduy de Padilla, realizada en 1989 y que está instalada en la plaza del mismo nombre de Villa Dolores en la ciudad de El Alto; además de ser un importante consejero de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
Para sus familiares es una pérdida sentida, principalmente porque durante toda su vida terrenal se dedicó a dejar grandes enseñanzas a sus hijos, así lo relata su nieto, Gustavo Delgado.
"Lamentablemente a las cuatro de la mañana mi abuelo dejó este mundo, para estar con sus hermanos, Dios y una gran tristeza la que siente la familia su pérdida física. Me ha dejado muchas enseñanzas de vida, tenía un gran recorrido en todo el ámbito del arte, como artista excelente, como padre de familia era aún mejor y, lo que más recuerdo de él, todas las buenas enseñanzas que me dejó a lo largo de toda su vida", enfatizó.
Para su familia lo principal que se extrañará es su presencia física, porque con su caminar siempre que se encontraba con sus nietos e hijos, se pudieron llenar de grandes enseñanzas de vida.
"Estamos dolidos, porque la ausencia física de un ser querido siempre duele, pero ahora solo decirle hasta pronto a mi abuelo y que lo queremos, lo amamos y siempre lo vamos a recordar", remarcó.
Durante su vida artística recibió varios galardones: Premio del proyecto Monumento Minero de Huanuni en 1950; Primer Premio Adquisición del I Salón Nacional del Ministerio de Educación, La Paz, 1955; Premio Adquisición del Concurso de Retratos de Bolívar y Sucre de la UTO, Oruro, 1955; Primer Premio en pintura del Salón Murillo con la obra "Estudio I" La Paz, 1978 y Mención Honrosa en la II Bienal INBO La Paz, 1977.
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